Lo que se vivió el miércoles pasado en la previa del partido entre River y Godoy Cruz, en la cancha de Lanús, fue una verdadera pesadilla. Una pesadilla que le tocó vivir a muchos hinchas. ¿La peor parte? Se las llevaron diez fanáticos que -de rebote- fueron detenidos por las mal llamadas fuerzas de seguridad que, valga la redundancia, seguridad no brindaron en absoluto...

En los últimos días hubo muchísima desinformación o fake news en algunos medios de comunicación, donde se sostuvo que los diez fanáticos del Millo que seguían detenidos eran barras bravas. LPM Radio, programa que sale todos los miércoles de 22 a 00 horas por Radio y Punto, fue directamente a la fuente y charló en exclusiva con Julio Casarez, uno de los hinchas demorados.

¿El relato? Es verdaderamente estremecedor. Lo que Julio y los otros diez riverplatenses vivieron durante cinco días fue una verdadera vergüenza y un abuso por parte de las fuerzas de seguridad. ¿Hasta cuándo? ¿Cuándo van a parar con tanta violencia? Que nunca, pero que nunca más se repita...

 

LA CHARLA DE JULIO CASAREZ CON LPM RADIO:

 

- Julio, ¿cómo te detuvieron y por qué?

- Me quedé esperando a un amigo en la entrada de la cancha. Y yo siempre acostumbro a sacarme una foto en la previa de todos los partidos. Yo había pasado el cacheo, me faltaba la última entrada a la cancha. Me sorprendió ver familias, chicos en el piso. Los caballos los pisoteaban. Me fui a la vereda, sabía que estaba todo mal, logré pasar por el medio porque había golpes. Logré pasar y la verdad que vi muchas injusticias. Empecé a sacar fotos de los momentos desagradables que la gente estaba viviendo ahí. La policía me dijo que circule, pasé. Me faltaba entrar a la cancha nada más. Vi a un chico que le estaban pegando brutalmente... Y vi a la policía que entre la gente de civil, la gente de la Aprevide y a la policía de la montada, con diez escudos apoyados en el piso tapando para que nadie pudiera ver cómo le estaban dando una paliza... Seguí filmando con mi celular. Levanté una cámara y un policía me dijo "vení, periodista". Me agarró de un brazo y yo, sin resistirme, me sacó el celular y me golpeó. Me dijeron que borre el video. Borré el video y me dejaron sentado. Trajeron al chico golpeado y les siguieron pegando en la cara. Se llama Ariel. Le pegaron y uno empieza a sentir una impotencia total porque no puede hablar o pedir que no le peguen más. Nos rompen la entrada en la cara. Uno de los chicos les dijo "pero yo tengo mi entrada comprada" y un policía le dijo "ahora ya no la tenés más" y la rompió. Gente de la misma policía se divertía haciendo esto. Cuando empezaron las detonaciones, un policía de la montada decía "jefe, déjenos ir ahí, ahí quiero estar... pegando". Pero lo decía con una cara de odio y una impotencia... Pegaban al boleo. A uno de los chicos que pidió que no le pegaran a las mujeres, se lo llevaron...

 

- ¿Les robaron dentro del lugar donde los detuvieron?

- Nos robaron, fue uno de los peores momentos después de ingresar a la celda. Para que tengan una idea, no sabíamos que había más detenidos.

 

- ¿Por qué los retuvieron tantos días?

- Nos dijeron que nos detuvieron por resistencia a la autoridad. Pero si hubiera sido esa la causa, habríamos estado detenidos dos horas nada más. Ojalá hubiera sido eso... La causa que nos armaron, porque esa es la palabra, son lesiones graves más resistencia a la autoridad. Supuestamente, hablemos de supuestos, hay un policía que se fracturó dos dedos, que se le propinó golpes en la mandíbula, hay una chica que tiene heridas en una pierna. Todo lo que sucedió lejano al grupo de los diez detenidos, la responsabilidad la terminamos teniendo nosotros. Llegamos a la comisaría pensando que en cuestión de horas saldríamos. Los mismos presos comúnes sabían, por lo que les contábamos, que nos íbamos en cualquier momento. Pensábamos que a la mañana nos íbamos a ir, pero no terminó siendo así.

 

- ¿Quiénes los ayudaron durante todos esos días?

- El día sábado se presentó el estudio de Fernando Burlando para defendernos. Estuvimos seis días. Caímos el día jueves a la tarde, se retrasaron algunos papeles y estuvimos cinco días. Estuvimos junto a presos comunes. En la celda veíamos sólo por la luz de la luna. Nosotros estábamos incomunicados. El día sábado salió la luz para nosotros. Cuando nos llevan a la Fiscalía a declarar, prefiero no contarlo, pero nos colocaron en celdas separadas. Nos sentimos un poco tranquilos porque había tantos cambios de guardia que no sabíamos si nos metían con los demás presos o qué. Desde el primer momento en que nos meten por algo que no hicimos y nos culpan por algo que ni hicimos, esperábamos cualquier cosa. A partir de ese momento empezamos a ver con claridad y nos mensajeamos con los familiares. No se podía decir nada, era lo justo y necesario. Nos trajeron comida. Antonio Caselli puso a nuestra disposición el estudio de Burlando, los chicos de la Subcomisión del Hincha con familiares y amigos que se autoconvocaron hicieron un banderazo, se comunicó gente del club. Nos dijeron que Ignacio Villarroel había asistido a la Fiscalía para acelerar nuestra salida. Más que eso no sabemos porque no teníamos radio. Estábamos en una celda de 4x4 sin baño.

 

- ¿Cómo estás luego de la pesadilla que viviste?

- Me cuesta volver a salir a la calle. Uno siempre pensaba en llegar y ver a la familia. No salí para nada de mi casa, no por miedo ni nada sino porque es raro estar cinco días encerrado sin ver la luz e incomunicado. Es una sensación complicada para vivir, es difícil explicarlo, pero no se lo deseo a nadie. No pasó nada grave, más allá de la causa, pero el temor era constante.