Hace 23 años, Matías Jesús Almeyda disputaba su primer encuentro con La Banda, en la victoria 2 a 1 frente a Unión de Santa Fe. Con la 5 en su espalda, el Pelado comenzaba una historia de amor con la institución más grande el país.
Cuantos ídolos vistieron el manto sagrado. Incontables jugadores, con un impresionante nivel, que terminaron escribiendo las páginas más lindas del club y que actualmente siguen siendo reconocidos por el hincha millonario. Uno de ellos es Matías Almeyda.
Con tan solo 19 años, el Pelado hizo su debut como titular en el Estadio Monumental, reemplazando nada menos que a Leonardo Astrada, su modelo a seguir. River enfrentó a Unión de Santa Fe y con goles de Berti y Toresani, el Más Grande se impuso por 2 a 1. Un debut soñado para el exjugador del Más Grande, que a temprana edad ya demostraba que podía convertirse en el dueño del mediocampo millonario.
Plagado de figuras, este fue el equipo que triunfó sobre el conjunto santafesino: Ángel Commizzo, Fabián Basualdo, Fernando Cáceres, Diego Cocca y Pablo Lavallén; Julio Toresani, Matías Almeyda, Gustavo Zapata, Sergio Berti; Ramón Díaz y Walter Silvani. Después ingresaron Ariel Ortega y Hernán Díaz, por Zapata y Berti respectivamente.
El técnico en ese entonces era Daniel Passarella y fue quién decidió incluir a Almeyda de entrada. Sin embargo, el Pelado no iba a jugar demasiados partidos ya que la posición estaba bien cubierta. Hasta que en la temporada 1993/1994, el ídolo de River logró consolidarse en el equipo titular y consiguió el campeonato invicto del Apertura 1994.
En 1995 convirtió su primer tanto con La Banda en la goleada ante Cerro 5 a 0 por la Copa Libertadores. Su grito más importante fue frente a Universidad de Chile en la Libertadores del 96, logrando la clasificación a la final contra América de Cali, coronándose más adelante, campeón del certamen.
Gracias a su gran nivel, el Pelado mudo su fútbol a Europa, donde pasó por Sevilla, Lazio, Parma, Inter y Brescia. Luego, regresó al fútbol argentino para vestir la camiseta de Quilmes, pero al poco tiempo decidió dejar el fútbol por cuestiones personales.
En 2009 regresó al Más Grande para ayudar al equipo en el momento más oscuro de la institución. El resto, ya es historia conocida. Pero siendo su aniversario, en River lo recordamos como el jugador que fue y por dejar todo en el club de sus amores. Un León, dentro y fuera de la cancha.
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