Luego de presentar varias irregularidades durante varios partidos del semestre pasado, el terreno de juego del Monumental estuvo a la altura de lo que pretende Gallardo para desarrollar un fútbol preciso y dinámico.

River apenas consiguió un punto ante Temperley. El empate lo dejó sin la chance de quedar como líder del Campeonato 2015. Pero al menos, independientemente del análisis sobre lo hecho, el cuerpo técnico se puede quedar tranquilo con el estado del campo, a diferencia de lo ocurrido en la primera mitad del año.

Esta vez no hubo arena volando ante cada pelota dividida ni pequeños pozos que alteraran tanto el recorrido de la pelota como los movimientos de los jugadores al pisar con los tapones. Tampoco se levantaron matas de pasto o sectores visiblemente deteriorados por el paso de palomas, desgaste o secuelas invernales.

Si bien en ningún momento del tema del césped fue mencionado durante la conferencia de prensa de anoche, Marcelo Gallardo nunca necesitó referirse. Los trabajos realizados durante el receso, luego de que River venciera 2-0 a Rosario Central, el 31 de mayo pasado, surtieron efecto. Pese a que las tres unidades no quedaron en casa, al menos el Monumental ya está en plenitud.

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