"El arco de River tiene la vara muy alta"

(Incluye videos) En exclusiva con La Página Millonaria, Ubaldo “Pato” Fillol nos explica cómo es el trabajo detrás de los arqueros juveniles de River, el presente del club y el recuerdo eterno de Labruna.

En la confitería La Máquina, en medio del Monumental, el Pato Fillol le contó a La Página Millonaria cómo es la formación en Inferiores para quienes tendrán que defender el día de mañana el arco más grande del mundo. “Amadeo Carrizo es nuestro ‘biotipo’ de arquero. Claro que es muy alta la vara, pero hay que aspirar siempre al máximo. La rebeldía es fundamental”.

También el Pato nos confió, emocionado, sus sensaciones dentro de un club en el que jugó diez años y hoy lo encuentra en Fútbol Amateur: “Angelito Labruna me dejó el mandato de seguir ligado a esta institución. Hoy me acuerdo de sus palabras y siento que le pude cumplir”, afirma, orgulloso.

-¿Cómo te sentís trabajando en River?

-Es tremendo estar acá, a esta altura de mi vida. Además, desde una función que a mí me encanta, como la docencia. Estoy en Fútbol Amateur, en Divisiones Inferiores. La mejor docencia aplicada es la que uno siente, puedo hacer esto porque me encanta. Algunos lo viven como un trabajo más, ejercés porque te pagan. A mí, en cambio, me encanta. Jugué casi 25 años al fútbol, diez de ellos acá en River, y fui muy feliz. De pequeñito, mi viejo me hizo hincha, así que viví un sueño que se me hizo realidad. Las sensaciones, hoy, son muy fuertes, pero no deja de ser un desafío.

-¿Siempre quisiste seguir vinculado al club?

De pequeñito, mi viejo me hizo hincha, así que viví un sueño que se me hizo realidad

-De los diez años que pasé acá, ocho estuve con Angelito Labruna, un prócer. Era tan fanático, amaba tanto a River, siempre nos decía ‘Ustedes consiguieron un título después de 18 años, entraron en la historia de este club, no se tienen que ir nunca. Dejen de jugar al fútbol y vengan a trabajar a la institución. Esto es lo más grande que hay’. Hoy me acuerdo de esas palabras que me retumban fuertemente, me doy cuenta que tenía mucha razón. Estar acá es único.

-¿En qué consiste tu trabajo?

– Estoy a cargo del Departamento de Arqueros, conformé un equipo de entrenadores a los que les bajo un lineamiento de trabajo y me encargo de decirles cuál es el biotipo de arquero de River, que no es difícil explicarlo, es difícil serlo. El biotipo de arquero de River es Amadeo Carrizo, el Tarzán del arco, un referente histórico acá y en la Selección. Claro que la vara está muy alta, pero bueno, tenemos que trabajar con ese pensamiento para poder darle los mejores futuros arqueros a nuestro club.

-¿Qué cosas evalúan de los chicos?

-Evaluamos el comportamiento, la conducta, el compañerismo, ser solidarios. Todos los días evaluamos algo a favor o algo en contra. A fin de año hacemos el resumen y se quedan o se van. El que piensa que se va a quedar porque ataja bien, está equivocado, porque nosotros queremos formar personas, no solamente jugadores. Si un chico se tiene que ir de River, tiene que irse teniendo un proyecto de vida, tiene que aprovechar toda la capacitación que recibe acá. Y cuando un chico queda fichado, el festejo tiene que ser cortito, porque el desafío es enorme.

-Y en cuanto a características físicas, ¿qué cosas hacen que vos digas ‘quiero que se quede’?

Nosotros queremos formar personas, no solamente jugadores

-La presencia, la personalidad, el juego aéreo, la voz de mando y la rebeldía. Cuando digo rebeldía, me refiero a que por ahí en un entrenamiento a un arquero le pueden hacer seis o siete goles y ,si le hacen tres y se bajonea, ese jugador no tiene rebeldía. En cambio, si a un chico le hacen cinco, seis, siete goles y sigue queriendo, es un punto a favor. El hambre por seguir. Después están las cosas que se pueden enseñar: saber leer la jugada, la técnica, la ligereza de piernas. Los formamos, es un trabajo arduo.

-¿Cómo viviste esta ola de títulos obtenidos en tan poco tiempo?

-Fue algo impensado, en muy poco tiempo se ganó todo, con Ramón Díaz y con Marcelo Gallardo. Esta Comisión Directiva tiene una característica que destaco por sobre todas: actúan con sentido común.

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