La fiesta tenía que ser en casa, en el Monumental. Pero en cuanto Conmebol decidió que la final de la Copa Libertadores se dispute en Madrid, el sueño e ilusión de la mayoría de los hinchas de River se desvaneció. El viaje a Europa representaba un gasto casi imposible para el promedio de los riverplatenses.

Pero muchos de los que lograron decir presente en España, contaron que no fue fácil. Algunos tuvieron que renunciar a sus trabajos y otros se animaron a gastar los ahorros de toda una vida. Los hinchas de River llegaron desde distintos puntos del planeta.

Embanderados en la unión del Más Grande, arrancando por las filiales de River en España, llegaron en gran número hinchas desde Estados Unidos, Italia, Francia y Argentina. Una pasión que no se puede explicar.