La tensión, pensar en el día después y las metas y objetivos estipulados pueden jugar una mala pasada en la cabeza de los deportistas de alto rendimiento. Es por eso que el factor psicológico juega un rol protagonista en partidos como el Superclásico de la finalísima del sábado 24 de noviembre.


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En diálogo con LPM Radio, Raúl Barrios, psicólogo deportivo, lo explicó: "es un evento potencialmente estresante, siempre una final reúne todos los condimentos para ser un evento deportivo que puede ser percibido por el deportista como una amenaza o un desafío".

Para mutar esa amenaza en un desafío, River cuenta con Pablo Nigro, psicólogo del plantel, y Barrios sabe que Nigro está particularmente atento a esta situación: "seguramente Pablo extremará recursos profesionales para que cada jugador logre su adecuado ajuste de tensión psíquica para que eso se traslade a la capacidad de ejecución esperable", se explayó.

"Hay futbolistas que son más tolerantes a estas situaciones que otros. Todos nos reponemos a adversidades, en nuestro país mucho más seguido que en otros lugares, y eso es un plus, nos fortalece mucho, pero es cierto que hay jugadores que tienen un límite", explicó Barrios. Ese límite es el que se trabaja para que los jugadores lleguen con una fortaleza mental clave para este tipo de partidos.

"No todo el mundo reacciona igual a la muerte de un ser querido, un nacimiento de un hijo, a un divorcio, casamiento o mudanza. Acá es donde el trabajo del psicólogo apunta a elevar el umbral de ese limite. Los límites de tensión nunca son saludables, uno duerme mal, altera los ritmos de comida, la biología, y las relaciones interpersonales se vuelven más ásperas", afirmó.

Que River, y específicamente Marcelo Gallardo, elijan Cardales como lugar de concentración en los momentos de mayor rigor deportivo no es casualidad, y así lo fundamentó Barrios: "Es una decisión que ellos creen que deben hacer, y de hecho les dio resultado para que el equipo armonice, para que la conexión grupal fluya y todos se concentren en el objetivo y no tengan grandes distractores".

"Hay equipos que necesitan aislarse, estar más juntos, lejos de la prensa, los comentarios. Cada grupo pasa por distintas etapas y es distinto, esto es una directiva del entrenador y el trabajo del psicólogo. La prueba está en que es una decisión planeada porque lo hacen recurrentemente, y los resultados que se obtienen desde esa modalidad son posititivos", sumó a su fundamento.

Además, reconoció que no es posible bajar una directiva general para todo el plantel: "no hay una receta, cada grupo requiere de distintas cuestiones, en algunos sirve más una charla grupal o ver un video motivacional, hay otros que requieren más charlas individuales. El trabajo psicológico es a medida, dependiendo la demanda de cada jugador".

Los detalles hacen la diferencia: "trabajamos mucho sobre las rutinas de preejecución, osea cómo duerme, cómo arma el bolso, qué cosas lleva, cuáles no. En estas instancias, el detalle hace la diferencia. El detalle puede ser si dormir con la tele prendida o no, con tal sábana o tal otra. Es clave en este momento estar atentos a todos los detalles".