A dónde sea que juegue, Marcelo Barovero siempre va a ser querido por los hinchas, tanto por los de River como por los del club al cual esté defendiendo. Su carisma y perfil bajo lo hacen un jugador que rompe la media. Nunca una declaración fuera de lugar, nunca un problema dentro de la cancha ni fuera de ella. Trapito solo se dedica a atajar (y qué bien lo hace) con mucha seriedad y habilidad. Anoche, fue el héroe en el triunfo por penales de Atlético San Luis sobre el poderoso Monterrey en el Clausura de México.

En cancha de Monterrey, el San Luis se jugaba el pase a cuartos de final y el partido no se presentaba para nada fácil en la previa y de hecho no lo fue: el empate 2-2 hizo que todo se definiera desde el punto penal y es allí donde se agigantó la figura del ex River, ganándole el duelo a su compatriota y ex arquero de Boca Esteban Andrada. Trapito atajó los primeros dos penales que le patearon (Vincent Janssen y Maxi Meza, ambos cruzados), Germán Berterame, Ricardo Chávez y Javier Güemez convirtieron por el San Luis y Pizarro erró el último (la estrelló contra un palo). 

Al ver que la pelota no entró, Barovero levantó los brazos hacia el cielo y estalló en llanto al emprender la caminata rumbo al centro de la cancha para abrazarse con todos sus compañeros. Como casi nunca lo vimos en River, Trapito se mostró más emocional que nunca, seguramente por la felicidad y la responsabilidad que conllevaba este partido. Con el triunfo por 3-1 en los penales, Atlético San Luis se clasificó a cuartos de final y sigue vivo en la lucha por el campeonato.