No tiene que sorprender que Alejandro Domínguez vaya al banco de suplentes ante Aldosivi. En realidad, causa asombro si uno revisa los últimos años de River y del fútbol argentino en general. Pero es una causalidad más en el planteo del entrenador de River. Un oasis en el medio del desierto. Y, Pelado, bienvenido seas.
De decisiones se hacen los hombres y Almeyda demostró que, en estos escasos meses que lleva como DT de River y por propiedad transitiva, tiene la hombría intacta desde su época de jugador. Porque, en contra de lo que indica la lógica de este fútbol vertiginoso, preso del minuto a minuto y la desesperación, el técnico “millonario” tomó una determinación que sólo se entiende desde el cerebro. La elección de Almeyda no es un error, es un doble acierto.
Alejandro Domínguez, clave en la estructura de River en los primeros partidos del campeonato y uno de los mejores jugadores del plantel, no estará desde el arranque ante Aldosivi. Verá el partido desde el banco de suplentes y, quizás, ni siquiera ingrese, luego de perderse los últimos tres partidos por un estado viral. Y no hay que alarmarse.
En su idea firme y convincente de darles minutos y posibilidades a todos los jugadores, Almeyda encontró más que ruedas de auxilio. Halló en su plantel el recambio necesario, ése que no se da a partir de la acumulación de nombres sino de buenas actuaciones.
Pregúntenle a Ezequiel Cirigliano por qué es el 5 titular de River. Lo tuvo ahí el DT. Lo llevó de a poco, esperó el momento (del campeonato, del jugador y de sus compañeros) y lo lanzó a la cancha para cubrir un espacio que, se sabía, no estaba funcionando. No le pesó la responsabilidad de reemplazar a Domingo al juvenil mediocampista del Millonario y todo fue mérito de Almeyda.
Lo de Arano y Vella son caras de una misma moneda. Lesionados Abecasis y Juan Manuel Díaz, el entrenador optó por dos jugadores que, en la consideración de la mayoría, se caían de la lista de concentrados. Sin embargo, con la confianza del entrenador y los tiempos que otorga el buen momento de River, los dos laterales quedaron cubiertos y superpoblados. Un problema menos para el DT, un problema menos para los riverplatenses.
Que el Chori vaya al banco está vinculado directamente con la grata presencia de Andrés Ríos y es un triunfo más de la idea del entrenador. Para un nombre, múltiples fundamentos. Las buenas actuaciones del delantero hicieron olvidar, al menos de manera transitoria, los resquemores del pasado y la ausencia del ex-Valencia. Recuperó del ostracismo a uno de los proscriptos y encontró una variante más interesante para el futuro.
Pero si de presente se trata, su auspicioso presente hace que River, por medio de su entrenador, se pueda dar el lujo de tener a Domínguez como suplente, recuperándose para volver al cien por ciento. Los tiempos del Millonario lo permiten, es cierto. Pero pocos hubiesen tomado la determinación del DT de River.
Y a no confundir, esto no quiere decir que el Chori haya perdido su lugar, todo lo contrario. Quiere decir que, de a poco, los once titulares tendrán un reemplazante natural y afilado. Eso, en un campeonato que dura “una vida”, no es poca cosa…
