El exmediocampista, retirado hace un año, recordó el ciclo que tuvo en el Millonario y agradeció el cariño constante de los hinchas, aunque lamentó haber tenido que dejar el fútbol por las lesiones que lo marginaron de las últimas temporadas que atravesó con La Banda.
Fue uno de los estandartes que se bancó la temporada más difícil de la historia. Por eso, Martín Aguirre no pasó desapercibido por River: el Gula se ganó el respeto de la gente y, a un año del retiro, todavía recibe el cariño de los hinchas.
“Son las cosas que te quedan marcadas, realmente que chicos o gente grande que me cruzo, no recibo más que palabras de agradecimientos y cariño genuino, que es lo que yo creo que sembré en ese campeonato. Yo tenía que cumplir una función que no era vistosa, pero jugaba para el equipo y la gente se encariñaba con eso. El momento también era muy duro”, indicó.
En diálogo con Conexión Riverplatense, analizó a los tres técnicos que tuvo en Núñez: “Matías (Almeyda) es el día de hoy que le agradezco el momento en que me eligió para poder vivir lo que fueron los cuatro años en el club, fue algo increíble. Un tipo muy querido, yo le tomé un cariño muy grande. Después Ramón (Díaz) es un personaje que tanto él como Emiliano me han tratado de maravilla, no tengo reproches hacia ellos porque yo estaba lesionado y Ramón me bancó en todo momento. Y Marcelo Gallardo me encontré con un tipo que no conocía, un tipo con una entereza, una personalidad y una preparación admirable. El manejo del grupo me impresionó, el respeto que generó del grupo hacia él por sus decisiones”.
Estaba trabajando en Olimpo con las formativas, pero con un tema dirigencial que no estaba de acuerdo decidí dejar
Además, el Gula reveló que estuvo a punto de firmar con otro equipo antes de llegar al Más Grande: “Yo tenía todo acordado de palabra para firmar en Colón. Pero salió esto de River, obviamente que movió toda la estantería y decidimos irnos. Me gustó el desafío así que ni lo dudé, dije ‘es ahora o nunca'”.
Aguirre se lesionó en el Superclásico del Torneo Inicial 2012 y, a partir de ese momento, la rodilla no lo dejó en paz, al punto que sólo jugó tres partidos hasta mediados de 2015, momento en el que debió retirarse.
Jugó 48 partidos oficiales en River y metió 6 goles.
“Fue duro porque fue una decisión a la fuerza, no fue algo planeado. No pude seguir jugando, no es que elegí dejar de jugar. Se hizo muy cuesta arriba, no quería mirar fútbol, no quería hablar con nadie, entonces medio que me había refugiado en mi casa y fue duro”, recordó.
“Con el primero que hablé fue con Marcelo Gallardo y le dije que no iba a seguir más. Si hubiera querido me quedaba un año y medio más por una cuestión legal, porque no tenía el alta médica. Pero se venía la Libertadores y no podía estar a la altura de la cantidad de chicos que venían y el nivel que necesita uno estar para esa competencia en un club tan grande. Fue cansancio mental, ya estaba totalmente sin fuerzas, hacía todo lo que me decían y más y no encontraba resultados óptimos, entonces era vivir todo de afuera, tratar de estar con buena actitud. Fueron muchos años de mucha recuperación, mucho gimnasio, poca alegría en el tema individual… Eso te satura en el trabajo, en tu casa, y disfrutás muy poco los momentos”, agregó.
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