Sin lugar en la lista que ganará las elecciones en la AFA el miércoles 29 de marzo, D’Onofrio ocuparía un lugar clave en la organización del campeonato de Primera División 2017/18.
El juego político de la AFA está a punto de ponerle punto final a su principal búsqueda, la sucesión oficial de Julio Humberto Grondona. Tras la salida de la Comisión Normalizadora encabezada por Armando Pérez, Claudio “Chiqui” Tapia, titular de Barracas Central -un humilde club de la B Metropolitana-, asumirá la presidencia.
En ese contexto, Rodolfo D’Onofrio quedó al margen de la lista que ganará por aclamación dentro de nueve días. Sin embargo, el principal responsable de la institución de Núñez podría ocupar un rol indispensable para el futuro del fútbol argentino en el mediano plazo.
Si la Superliga efectivamente entra en vigencia, algo que aún hay que mencionar de manera condicional por los interminables vaivenes de la AFA, D’Onofrio sería el vicepresidente. Ese sitio le otorgaría un poder interesante para los intereses de River, siempre y cuando se respete el Estatuto.
Uno de los objetivos de la Superliga será la competencia leal desde el punto de vista económico-financiero
En caso de que la Superliga le aplique sanciones a los clubes endeudados que igualmente realizan incorporaciones, D’Onofrio tendrá un papel preponderante. Marcelo Tinelli sería el presidente del ente, cuyas obligaciones y derechos todavía no están definidos formalmente.
¿La Superliga tendrá independencia de la AFA? ¿Quién manejará el Tribunal de Disciplina? ¿Qué órgano llevará a cabo el sorteo de árbitros? Preguntas fundamentales para comprender qué espacio de poder tendrá cada ente en el fútbol argentino modelo 2017/18.
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