Se instaló la polémica desde temprano en Alta Córdoba. Instantes después del golpazo que Maxi Meza se dio con una de las cámaras de la transmisión a un costado del campo de juego, el árbitro Andrés Merlos fue a revisar un posible penal para River: en un bochazo largo, Solari peleó cuerpo a cuerpo con Miguel Brizuela y el central de Instituto despejó la pelota primero con la cabeza y luego con la mano.
Rápidamente, Marcelo Gallardo comenzó a hacer gestos de que era un claro penal. Merlos no se percató inicialmente del brazo y por eso Jorge Baliño, encargado del VAR, lo tuvo que llamar. Tras mirar la pantalla durante más de un minuto, el juez del encuentro decidió cobrar falta en ataque de Solari.
Si algo no hubo en esa jugada era infracción de Solari, que disputó lícitamente la pelota (hombro con hombro) y en ningún momento desestabiliza con una carga a Brizuela. El jugador de Instituto le dio primero con la cabeza a la pelota y luego con el brazo demasiado extendido. Merlos optó por la más fácil y sancionó la falta en ataque, desatando la furia de los hinchas en redes.