Sin importar la relevancia o la importancia de la Supercopa Internacional, River tuvo otra noche para el olvido, perdió de manera insólita y no estuvo a la altura de lo que exige jugar una final en el fútbol argentino. Nombres importantes del plantel volvieron a mostrar serias falencias.
Ya sea por cansancio o por flojo rendimiento, Marcelo Gallardo tendrá mucho que pensar de cara al próximo partido ante Atlético Tucumán debido a que prácticamente todo el sistema ofensivo del equipo estuvo en deuda. Los titulares y los que ingresaron.

Flojo partido de River. (Getty)
El medio de River: la principal falencia
En primer lugar, el nivel de Santiago Simón y Maximiliano Meza es realmente preocupante. River nunca logró suplir la baja de Giuliano Galoppo y hoy no tiene una línea de juego clara. No hay triangulaciones, no hay sociedades y mucho menos creatividad.

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Enzo Pérez, que fue de más a menos, terminó sufriendo la soledad en la contención. Sin claridad en la ofensiva y sin un retroceso ordenado, los volantes internos del Millonario no encuentran el rumbo. A esto se suman los ingresos imprecisos de Manuel Lanzini y Gonzalo Martínez, quienes poco pudieron aportar.

River no estuvo a la altura ante Talleres. (Getty)
Los delanteros le son ajenos al gol
En la delantera, nada funcionó. Sebastián Driussi y Miguel Borja, los dos que arrancaron el partido, están completamente negados. Mientras el Gordo sufrió un desgarro y tuvo que salir lesionado, el colombiano desaprovechó tres pases en profundidad por falta de confianza y lentitud. Ni siquiera intentó rematar.
Para colmo, Facundo Colidio ingresó en lugar de Driussi y sigue en caída libre. Flojo en las divididas, inseguro en la gambeta y sin precisión, el ex Tigre está muy lejos de ser el jugador determinante que River disfrutó en 2024. Ni hablar de lo que fue su definición en la tanda de penales, la que le daba el título a River.
Aceptable labor de la defensa
La última línea del equipo no logró destacarse, pero tampoco tuvo grandes errores. Si bien por momentos fue desbordada, esto se debió más a la falta de colaboración del mediocampo que a fallas propias. El único que dejó algunas dudas, sobre todo por su falta de tiempo, fue Germán Pezzella.