Dos cambios en el entretiempo hicieron que River pase de la agonía y la desilusión a la reacción que no solo lo dejó con vida sino también con esperanza y expectativas en la Copa Libertadores. El Millonario le regaló el primer tiempo a Palmeiras, se puso 0-2 y estando al borde del knock out reaccionó, mostró otra cara y descontó.
+ El equipo mostró dos caras muy distintas en el partido. Esta irregularidad influye en las decisiones al momento de apostar en el partido.
Lo dijo Nacho Fernández, sin vueltas, y la opinión es unánime: “Regalamos el primer tiempo”.Lo reconoció también Marcelo Gallardo en conferencia de prensa: el planteo no funcionó como esperaban. Qué falló, que cambió en el entretiempo y qué cambio River: las dos caras de un equipo que se vio muerto pero va por otra épica en Brasil.
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Los fallos de River ante Palmeiras
No está claro si el primer error el esquema o el gol tempranero. Porque si bien quedó a la vista que los tres centrales no funcionaron, lo cierto es que un gol a los 5 minutos desarma cualquier estrategia y modifica el estado anímico. El Más Grande salió con ímpetu, y aún sin pasar por encima de entrada a su rival, tampoco se vio superado.
Portillo perdió a Gómez en el primer gol. Foto: Captura ESPN.
Pero en un córner en el que se combinaron el trabajo en la semana de Palmeiras con los errores defensivos de un equipo que sufre la pelota parada dio como resultado un combo letal. Andreas Pereira ejecutó a la perfección, los brasileños engañaron a sus marcadores con un movimiento al primer palo y Gustavo Gómez aprovechó la desconcentración de Portillo en la marca para quedar solo y cabecear a la red.
A partir de allí, River fue un cúmulo de desconciertos. El Verdao agarró la pelota, comenzó a moverla de lado a lado y el Más Grande corría atrás de ella. Los brasileños ganaban las divididas y daba la sensación de que si apretaban el acelerador metían el segundo. De hecho, estuvo al caer hasta que llegó a los 40′. Ofensivamente, el Millonario tampoco pudo generar nada. El primer tiempo fue, sin miedo al mote, un baile de Palmeiras. El 0-2, lastimosamente, quedaba corto.
Los cambios de Gallardo y el despertar de River
Fiel a su estilo, el DT no esperó y en los vestuarios modificó el parado con dos cambios. Martínez Quarta reemplazó a un Paulo Díaz amonestado, en la cuerda floja y de pésimo partido. Y Juanfer entró por Enzo Pérez. Chau línea de 5: River tenía inferioridad en el medio, perdía por los costados y en lo mano a mano los de abajo no estuvieron finos.
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Portillo al medio y Quintero para agarrar la pelota. River salió al segundo tiempo con otra actitud, más adelantado y la decisión de hacer valer la localía. La gente hizo su parte y pese a lo que no había transmitido el equipo, empujó desde las tribunas.
LMQ tuvo su mejor presentación desde su vuelta a River, anticipando en casi todos los tiros. Portillo en el medio le dio más intensidad y Castaño levantó su nivel, tanto con la pelota en los pies como en la voracidad para marcar. Nacho pudo juntar un par de pases. Los laterales, parados más adelante, empezaron a ser punzantes.
Plantado más arriba, más fino con la pelota y más voraz en la presión alta, el Más Grande jugó el segundo tiempo como debía haber jugado el primero. Palmeiras casi no pasó mitad de cancha y terminó arrinconado en el área. River fue hasta el final, y luego de fallar un par de chances claras, llegó al descuento por una patriada de Martínez Quarta y un desvío que descolocó a Weverton. Anclado en lo que hizo en el complemento, el Millonario irá a Brasil por una nueva épica.
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