El primer semestre del 2024 para River tuvo un abanico enorme de altibajos, y el equipo no solo no pudo convencer ni funcionar a la altura de lo esperado, sino que además sufrió reveses muy difíciles de asimilar para la piel del hincha. Si bien jugando de local sumó casi todos buenos resultados, la identidad futbolística nunca estuvo clara, y fuera del Monumental las decepciones fueron mucho más grandes que las actuaciones positivas en casa.
Es por esto que vamos a repasar uno por uno los rendimientos de los futbolistas a lo largo de esta primera parte del año, separando a los que aprobaron y a los que estuvieron por debajo de lo que se esperaba.
Aprobados
Miguel Borja (9): El colombiano está teniendo un año plenamente lúcido y brillante, y fue quien más y mejor ha sacado la cara del equipo en la fase ofensiva. Dentro del área es absolutamente letal. Sus 22 goles en el semestre hablan por sí solos.
Paulo Díaz (9): El bombero absoluto de la defensa, apagando incendios y tapando errores. El chileno fue el líder defensivo, más allá de uno o dos errores grandes que costaron goles, y cada vez que estuvo ausente el equipo lo sintió muchísimo.
Claudio Echeverri (7): El pibe se hizo cargo en muchos partidos, y a pura guapeza no dejó de insistir y de pedir la pelota inclusive en aquellos encuentros donde estuvo más errático. Y hay un mérito doble en sus rendimientos porque después de aquella declaración sobre su venta a fin de año había quedado mirado de reojo por mucha gente, y superó eso con mucha personalidad.
Agustín Sant’Anna (7): Aquella jugada que derivó en el gol de Boca en el Superclásico lo hizo quedarse injustamente marginado por casi tres meses, y cuando tuvo la oportunidad de jugar varios partidos seguidos demostró que se ganó el puesto por su criterio para atacar, para tirar centros con sentido y para no complicarse demasiado en defensa.
Facundo Colidio (7): Si bien sus últimas actuaciones fueron malas y terminó en bajo nivel, su semestre tuvo picos muy altos de rendimiento y cuando se mostró lúcido aportó mucha claridad y goles, en una faceta con el arco rival donde en su primer semestre le había costado encontrar claridad.
Franco Armani (7): Atajó con mucha seguridad y sobriedad en gran parte del semestre, sobre todo en la Copa Libertadores. Más allá que también acumuló algunos errores donde podía haber hecho algo más en ciertas situaciones, levantó mucho su nivel respecto al año pasado.
Franco Mastantuono (7): Si bien no jugó todos los minutos que mereció a lo largo del semestre, cada vez que le tocó jugar lo hizo a pura guapeza y personalidad, con una madurez como si tuviera 30 año y con un talento que demuestra que es un diamante en bruto y que afortunadamente su techo todavía está muy lejano.
Agustín Ruberto (6,5): Otro que pudo haber sumado más minutos. Fiel a su estilo las peleó todas arriba, aunque no tuvo demasiadas oportunidades manifiestas de gol.
Ian Subiabre (6,5): Si bien jugó muy poco se nota su chispa y su desequilibrio individual en el uno contra uno. Puede ser importante en el segundo semestre.
Daniel Zabala (6,5): Como todos los pibes también merece estar en el lote de los aprobados, más allá de los pocos partidos que pudo jugar y de la lesión que lo marginó sobre el final.
Santiago Simón (6): Si bien aprueba con lo justo, está más supeditado a que siempre trató de adaptarse a jugar de lateral o de volante sin perder el criterio de intentar asociarse y mostrarse como opción.
Sebastián Boselli (6): Se lo nota muy fuerte en el juego aéreo, pero deberá corregir el timming a la hora de la marca en el mano a mano con la pelota por el piso. Puede dar todavía mucho más.
Desaprobados
Manuel Lanzini (5,5): En su mejor momento se lesionó, cuando había encontrado un puñado de partidos donde se lo vio con muy buena confianza. Si logra encontrar regularidad física será una gran carta brava para River.
Pablo Solari (5,5): Pudo haber entrado en el lote de los aprobados si concretaba mejor sus posibilidades de gol o sus resoluciones dentro del área y con pelota. Fuera de eso, es el que más chances ofensivas suele generar, y eso sí es un mérito.
Esequiel Barco (5): Aquella escena fatídica que terminó con los dos penales fallados en Tucumán marcó un quiebre negativo en su cabeza y por consecuencia en su juego dentro de la cancha. En el último mes de competencia levantó un poco el nivel.
Rodrigo Villagra (5): Si bien tuvo partidos donde supo ser una buena rueda de auxilio, se espera muchísimo más de él en todo concepto. Deberá creérsela un poco más en el buen sentido, si bien es cierto que los rendimientos de sus compañeros de mediocampo fueron inclusive más flojos y eso no ayuda a levantar individualmente.
Matías Kranevitter (4,5): Difícil de evaluarlo por las lesiones sufridas. Si bien todavía no pudo estar en plenitud física este año, mostró pocas pero ciertas señales de buen posicionamiento y criterio dentro de la cancha. Será clave que pueda completar la pretemporada.
Nicolás Fonseca (4): Le costó mucho la adaptación futbolística y el ritmo que se juega en la liga Argentina, más allá de aquel golazo en Venezuela y algunos buenos destellos pasando la pelota entre líneas. La posición lo condiciona, porque por características parece más para jugar como doble 5 o como interno y no como único volante central.
Ignacio Fernández (4): Muy lejos de la versión que supo ser. Demasiadas imprecisiones para un jugador del cual el equipo necesita claridad. Sigue sumando desde la experiencia y ascendencia al grupo, pero por rendimientos jugó más minutos de los que mereció.
Rodrigo Aliendro (4): Aquel golazo a Estudiantes que fue de vuelta olímpica no sirvió para inyectarle la confianza esperada, y tuvo su semestre más flojo en River. Nunca pudo encontrarse dentro de la cancha.
Milton Casco (4): Con evidente falta de ritmo futbolístico, es otro de los que está lejos del que alguna vez fue.
Leandro González Pirez (4): Tuvo un puñado de partidos aceptables, pero su recta final de semestre fue flojísima, y cuando no estuvo Paulo Díaz a su lado se notaron un poco más sus falencias.
Agustín Palavecino (3,5): Pocos minutos, poca producción ofensiva con pelota cada vez que le tocó ingresar. Sigue sin recuperar la confianza.
Enzo Díaz (3): Sumamente bajo y totalmente desconocido respecto al del semestre anterior. Le costó en la marca y en la proyección por partes iguales.
Andrés Herrera (3): Pagó carísimas muchas distracciones defensivas, y en ataque casi nunca pudo terminar de resolver jugadas favorablemente.
David Martínez (3): En lo poquito que jugó se lo notó fuera de nivel desde lo físico y lo futbolístico.