River recibirá este domingo a Sarmiento de Junín por la octava fecha de la Liga Profesional, pero el partido pasó a segundísimo plano. Es que Martín Demichelis acordó su desvinculación y dirigirá su último partido al frente del Más Grande. ¿Inesperado? Un poco, pero no tanto.

Los últimos días del ex Bayern Múnich fueron los más duros y difíciles, fundamentalmente desde la resistencia y la crítica de los hinchas. El entrenador era apuntado como el principal responsable por los malos resultados en las últimas fechas. De hecho, en la previa de este partido ante Sarmiento de Junín, había un clima espeso y la sensación que el Monumental iba a hablar para decir cosas muy fuertes.

La salida de Martín Demichelis de River: cambio de aire y volver a empezar

Hacía mucho que los hinchas de River no insultaban al entrenador y a los jugadores como sucedió el último miércoles en Mendoza. Durante y luego de la derrota frente a Godoy Cruz. Fue una expresión genuina, auténtica, ante la falta de respuestas del Millonario en un partido que rozó el papelón.

Todos los actores del Mundo River sabían que había que ponerle un freno a esa “marcha de la bronca” futbolera. Y la mejor manera de hacerlo era escuchar la voz de la gran mayoría. Había un consenso generalizado de que el ciclo de Martín Demichelis estaba agotado. Por cuestiones futbolísticas y porque el plantel tampoco ofrecía respuestas. En definitiva, no tenía sentido seguir tensando de la cuerda.

La salida de común acuerdo del entrenador es entonces una manera de descomprimir, de cambiar el clima espeso que se venía respirando. Y que permitirá encarar el futuro con otro panorama, con otra tranquilidad y con un aire de renovación, como sucede cada vez que comienza un nuevo ciclo y una nueva era.

Que el principal apuntado sea Marcelo Gallardo también va de la mano con esta idea de renovar ese aire que parecía viciado. Que suene el Muñeco como sucesor genera esperanza, Es esa sensación de tener otra vez a mano a un piloto de tormentas que supo conducir los destinos de River como muy pocos. Claro que ahora la pelota la tiene el entrenador más ganador de la historia del club.

Vamos todos unidos, vamos no nos quedemos

Más allá del cambio del entrenador, que no es una cuestión menor, en el horizonte de River hay un objetivo supremo: la Copa Libertadores de América. Se vienen los octavos de final y una serie que será durísima ante Talleres. Y el Millonario no puede permitirse un nuevo traspié.

La salida de Martín Demichelis es un primer paso hacia ese objetivo. No deja de ser un buen gesto del DT saliente -hay que decirlo- el no empecinarse con seguir amarrado a un cargo y esperar a una dolorosa eliminación copera para irse. Eso es poner a River por encima de todo y hay que saber reconocerlo. Queda mirar el futuro con optimismo. “Vamos todos unidos, vamos no nos quedemos”. Ahora más que nunca.