El martes 27 de mayo de 2014 River quedaba en shock cuando, de manera intempestiva y a poco de haber sido campeón, Ramón Díaz comunicó su renuncia como DT del Millonario mientras en paralelo y tras dos años sabáticos Marcelo Gallardo se reunía con representantes de Newell’s en San Pedro, allí donde le ofrecieron ser el entrenador de La Lepra en un momento donde el Muñeco ya estaba listo para volver a dirigir luego de su primera experiencia en Nacional.

Fue en aquellas horas de esos días de mayo de 2014 en las que Ramón generaba conmoción con su decisión de dejar huérfano a River, Enzo Francescoli le comunicó a Rodolfo D’Onofrio, entonces presidente de El Más Grande, que tenía EL NOMBRE indicado para ese momento tan crucial y era el de Marcelo Gallardo, a quien llamó rápida y, tal vez, desesperadamente, a partir de conocerse la foto que le tomaron al salir de la reunión con los dirigentes de Newell’s.

Marcelo Gallardo fue fotografiado a la salida de la reunión que mantuvo con dirigentes de Newell’s en el Hotel Howard Johnson de San Pedro, en mayo de 2014, cuando le ofrecieron ser DT de La Lepra.

El periodista Diego Borinsky cuenta en su libro Gallardo Monumental, obra infaltable en la biblioteca de todo hincha de River, cómo se desarrollaron los hechos de aquellos días cruciales para la historia del club Millonario y en este relato emerge la figura de Radamel Falcao García quien hoy regresará al Monumental tras 19 años, para presentarse en un amistoso con la camiseta de Millonarios de Colombia.

Radamel Falcao García, testigo del llamado de Francescoli a Marcelo Gallardo para ofrecerle ser el DT de River

Cuenta Borinsky:

El miércoles 28 de mayo, Marcelo Gallardo, Matías Biscay y Hernán Buján recorrieron los 155 kilómetros que separan a Buenos Aires de San Pedro, mientras Juan Luis Berros Sebastián Cejas y Jorge Ricobelli, entonces vicepresidente de La Lepra lo hicieron desde Rosario. Estuvieron reunidos cerca de cuatro horas y la gente de Newell’s quedó entusiasmadísima con el Muñeco y su proyecto. La pelota pasó a estar bajo la suela del que siempre la trató tan bien. “De River no tenemos nada, danos unos días y el lunes les contestamos”, le dijo Berros a Ricobelli en un aparte, cuando ya todos se habían levantado de sus sillas y la reunión estaba a punto de desintegrarse, pero unos segundos después, cuando se acercaba a despedirse, escuchó que el propio Marcelo -expeditivo sin vueltas, decidido-le decía a Cejas: “Mañana hablamos”. Berros lo agarró del brazo cuando salían…

Le dije a Ricobelli para el lunes, así ganamos tiempo, ¿para qué apurarse? -le comentó el abogado, con absoluta lógica.

Si River realmente me quiere, me llamará hoy-le replicó el Muñeco, también con absoluta lógica, y expresan- do el convencimiento y la determinación que muy pronto se harían visibles para todo el ambiente futbolero. También porque estaba un poco harto del franeleo de las últimas negociaciones que lo habían dejado con las manos vacías.

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De regreso a Buenos Aires, Marcelo tenía prevista una parada más a mitad de camino, kilómetro 76 desde la Capital. ¿Destino? Hotel Sofitel, en Cardales. ¿Motivo? Visitar a sus amigos Mario Yepes y Radamel Falcao, que se encontraban alojados allí con su selección, en la concentración previa a la Copa del Mundo de Brasil (Falcao, finalmente, sería desafectado unos días antes del viaje).

Radamel Falcao García y Marcelo Gallardo fueron compañeros en River.

Casi en el mismo momento en que se subía a su auto, apenas pasadas las 5 de la tarde de aquel miércoles 28, Ramón Díaz se sentaba en el microcine del Monumental para brindar su monólogo de despedida. Duró cuatro minutos y 16 segundos. Se lo notó nervioso al trastabillar con algunas palabras. Agradeció a todos, incluidos a los dirigentes (“me dieron todo el apoyo”), un detalle que tenía preocupados a quienes habían tomado las riendas del club hacía 6 meses porque no estaban dispuestos a pagar ningún costo político por una decisión que ellos no habían tomado ni tenían deseos de tomar.

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Luego remarcó que se trató de una decisión personal y le dio la palabra a Francescoli para que se explayara sobre el camino que iban a recorrer de allí en más. “Trataremos de seguir adelante, los jugadores han sentido el impacto, pero lo más importante siempre es el club. Sé que estarán ansiosos pero nosotros debemos tomarnos un tiempo y pensar con tranquilidad, no tenemos apuro”, sintetizó Enzo (sin sospechar que Marcelo Gallardo tenía otros planes u otro apuro).

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Falcao García, Marcelo Gallardo y el llamado de Enzo Francescoli

A esa hora, el futuro entrenador de River tomaba un café en el Sofitel con Biscay, Buján y sus dos amigos de la Selección Colombia. Pasadas las siete de la tarde, recibió un whatsapp del hombre que había comparecido ante los medios unos instantes antes.

Hola, Marcelo, ¿cómo estás? Ya sabrás que se fue Ramón. Me gustaría que nos juntemos el lunes para hablar, ¿te parece? – le propuso Enzo.

Marcelo Gallardo y Enzo Francescoli.

Enzo, vengo de reunirme en San Pedro con la gente de Newell’s y quedé en contestarles mañana – lo puso en autos el Muñeco.

¿No podés dilatar la respuesta para la semana que viene? La idea es tomarnos esto con tranquilidad -le sugirió Enzo.

No puedo ni quiero, Flaco, porque estoy decidido a trabajar y Newell’s me interesa, te digo la verdad -lo apuró Marcelo, a quien realmente la propuesta lo seducía.

Bueno, esperá, te llamo en 10.

Francescoli habló con D’Onofrio, luego con Patanian. Y llamó a los 5 minutos.

-Nos vemos mañana a las 11 de la mañana en la casa de Patanian. Ahí te paso por whatsapp la dirección-sintetizó Enzo.

Lo que ocurrió a partir de allí es una historia de resurrección.