Unos 60.000 hinchas acompañaron al Más Grande en la revancha contra Guaraní y expresaron sus esperanzas pensando nuevamente en ganar la Copa Libertadores. Además, hubo grandes ovaciones para Gallardo, así como también Maidana, Ponzio y Alario.
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La ilusión crece día tras día. Incluso hay algunos optimistas que se arriesgaron a reservar pasajes para ir a Emiratos Árabes Unidos. El entusiasmo no se detiene y mucho menos con la clasificación a los cuartos de final de la Libertadores. Una vez más, River está entre los ocho mejores del continente y semejante expectativa se vio reflejada anoche en el estadio Monumental.
Cuarenta y ocho días pasaron para volver a ver al Millonario en casa. Y aunque esta vez no fue con un triunfo como sucedió ante Aldosivi, el 1-1 frente a Guaraní sirvió para que el objetivo se cumpliera. Pero mucho antes de obtener el lugar en la siguiente fase, los 60.000 hinchas se hicieron sentir en la noche de Núñez, acompañados por un cargamento de fuegos artificiales que le aportaron un clima especial a la velada de Figueroa Alcorta 7597.
Germán Lux fue muy aplaudido al ser anunciado por la voz del estadio
Desde temprano el Monumental comenzó a lucir un marco atractivo tanto en sus tribunas como en las inmediaciones a la cancha. La gente de gala -léase de rojo y blanco- para la ocasión y se manifestó. Cuando la voz del estadio anunció las formaciones, hubo silbidos a Daniel Garnero, debido debido que el DT de Guaraní fue muy crítico en torno a los casos de doping en River. Distinto fue todo para Marcelo Gallardo, Jonatan Maidana, Leonardo Ponzio y Lucas Alario, quienes recibieron aplausos y fueron coreados al presentarse en el campo.
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Como es habitual, el aliento de los simpatizantes estuvo a la altura de las circunstancias. ¿Los hits? “Borracho, siempre voy descontrolado, para ver al Millonario, para ver al tricampeón”, “y sí, señor, de la mano del Muñeco vamo’ a Japón”, “el día que me muera yo quiero mi cajón” y “quiero la Libertadores”, entre otras melodías. Por supuesto que también hubo lugar para el pedido inevitable: “Para ser campeón, hoy hay que ganar”.
No siquiera la desventaja parcial frenó tanto entusiasmo. Al contrario, la gente expuso su apoyo incondicional y tuvo su recompensa con el desahogo en el gol de Javier Pinola, cuya resolución generó confusión al tener a Lucas Alario. De hecho, el Pipa se adjudicó el grito del 1-1, ¿qué importa? La noche del Monumental fue una fiesta en la que se recordó que “el que no salta, abandonó” y que los de la vereda de enfrenta la miran por televisión. ¡A seguir soñando con la Libertadores, Millonario querido!
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