Franco Armani era el arquero que River necesitaba. La extenuante negociación para traerlo comienza a dar sus frutos, y finalmente los riverplatenses pueden disfrutar en su arco a un jugador a la altura del Manto Sagrado. Lo barato sale caro dicen, una demostración más que demuestra que aquello que cuesta esfuerzo, suele rendir más.

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Marcelo Barovero había dejado de ser el ‘1’ de River y la incertidumbre hacía sucumbir a Núñez. En mayo del 2016, el nombre de Armani comenzaba a sonar. Que sí, que no, el jugador de Atlético Nacional iba a continuar en el equipo colombiano, y los rumores de que él había terminado rechazando la oferta fueron tomadas como verdades absolutas, hasta que Franco rompió el silencio.

“Yo no rechacé la oferta de River, al club no lo convenció”, aseveró Armani. Algo que con el paso del tiempo iba a ratificarse cuando finalmente la operación terminó concretándose. Llegó diciembre del 2017 y la dirigencia de River entendió que no había tiempo para rencores. No importaba lo que había pasado, Armani era el que tenía que ponerse el buzo de arquero del Millonario.

Atlético Nacional sabía que no podía darse el lujo de ‘vender’ a su ídolo, por eso estaban dispuestos a dejarlo ir a cambio de su cláusula de rescisión. Algo que River aceptó y negoció pagarla en cuotas. Todo estaba encaminado, incluso Armani luego de hacer público en reiteradas ocasiones su intención incorporarse a River, tuvo su despedida en Colombia. Pero aún había más trabas.

Armani ya estaba en Argentina para firmar contrato y el equipo colombiano exigió más dinero. Luego solicitaron que el pago sea en una sola vez, rechazando la negociación en cuotas que ya se había aprobado. La dirigencia de River no iba a darse por vencida. Querían a Armani con el buzo de arquero del Más Grande.

Todos recordarán el famoso pedido de avales por parte de los colombianos en la semana de la firma de Armani. Esa fue la última piedra en el camino del arquero para sumarse al club de sus amores. Franco llamó al presidente de Atlético Nacional y ratificó que no iba a irse de acá, que ya se había despedido en Colombia y quería cumplir su sueño. La imagen convertía en realidad lo que tanto se luchó. Armani firmó su contrato con River junto al Vicepresidente Jorge Brito.

Y acá está, acá lo tenemos. River tiene arquero señores, y Armani tiene un sueño cumplido. Pero esto no termina, va por más.

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