River fue dominador absoluto del Superclásico y lo ganó de principio a fin. El Más Grande demostró la supremacía que lo hizo campeón de América y consiguió un triunfo importantísimo desde lo anímico para encarar la Copa Sudamericana.
Así hay que jugarle a Boca, River. El Millonario se sacó las ganas de ganarle al rival que eliminó en la Copa Libertadores y Sudamericana y sumó una buena victoria para encarar la fase final del semestre.
El primer tiempo fue un baile. Es cierto que La Banda se vio ayudada por la roja a Luciano Monzón, quien pegó una patada producto de la impotencia y dejó al rival de toda la vida con diez jugadores, pero fue todo de River.
Con toques y lujos al estilo que impuso desde el primer día Marcelo Gallardo, el campeón de América demostró la supremacía de principio a fin de aquella primera parte y se fue en ventaja por el tanto de Lucho González tras una jugada colectiva sensacional.
Sin brillar, en el complemento el Más Grande supo mantener el 1 a 0 con paciencia y casi sin sufrir, más allá de la pelota parada, en la que River alternó buenas y malas.
De hecho, Rodrigo Mora metió un segundo gol que hubiera liquidado la historia promediando aquella segunda parte, pero entre Beligoy y el línea cobraron un offside cuanto menos dudoso.
Se consumieron los minutos y River logró una victoria siempre importante. Porque ahora el ánimo cambiará, la confianza aumentará y La Banda jugará con un buen triunfo en la espalda. A seguir de esta manera.