Llegó el momento del último esfuerzo. Acá estamos, lo soñamos y finalmente llegó el día. Pasamos las mil y una y el destino quiso que River acaricie la gloria añorada. ¡Vamos Millo!
Luego de 6 años, el certamen más deseado por todos, la Copa Libertadores, volvía a darnos una oportunidad. Y nos hicimos la cabeza, lo imaginamos, tenía que ser esta. Tenía que ser la del 2015. Porque ya habíamos mordido el barro y nos levantamos, pusimos el pecho y volvimos a ser campeones de la mano de Ramón. Para colmo, después vino el Muñeco, volvieron las “3 G” que adornaron nuestra historia y nos quedamos con la Copa Sudamericana, “la mitad de la gloria”, como le dicen algunos. Bueno, acá estamos, vamos por la otra mitad.
El grupo sonaba fácil, hay que ser sincero. San José de Bolivia, Juan Aurich de Perú y Tigres de México. Pero en el fútbol uno más uno no es dos. La pelota no quiso entrar y la mala fortuna sumado a desatenciones en el fondo provocó que la clasificación de River a octavos de final colgara de un hilo. Incluso hubo hinchas del eterno rival que se mofaron con la creación de filiales como “Juan Aurich”, ¿Qué será de esos tipos? Pobrecitos…
El Más Grande ganó su partido, Tigres hizo lo propio con el elenco peruano y las matemáticas dieron para meternos en la fase eliminatoria. El hincha de River ya había sufrido muchísimo, pero aún quedaba más.
Fuimos víctimas del acto más cobarde de la historia del fútbol
Nos pasaron todas, o al menos pensábamos que nos habían pasado todas. Pero el destino nos puso enfrente a ellos. Victoria en el Monumental, 45 minutos de sometimiento a los locales en la Bombonera y luego fuimos testigos y víctimas del acto más cobarde de la historia del fútbol.
Llegó el Cruzeiro y cuando todo era fiesta, cachetazo en casa, 0 – 1 y a dejar la vida a Brasil. Y así fue, La Banda tuvo una de las mejores actuaciones de los últimos años y bailó al conjunto brasileño y se metió en la seminfinal.
Y acá estamos. La final es hoy. Mañana ya habrá un campeón. Y por todas las que nos pasaron “esta hinchada se merece, se merece ser campeón”, pero de las tribunas salta al campo de juego. Porque es verdad, invadimos Paraguay, copamos Brasil, reventamos el Monumental, pero ellos dejan la vida adentro, ya lo demostraron varias veces, así que más que nunca, vamos todos unidos. Somos River. Hagamos historia, otra vez.