El 6 de junio del 2014 se presentaba oficialmente Marcelo Gallardo como DT de River, y en la foto oficial de su cuerpo técnico aparecía una mujer que resultaría una pieza fundamental en lo que fueron estos más de seis años exitosos del Muñeco en el banco del Más Grande. Se trataba ni más ni menos que de la doctoraSandra Rossi, quien es una médica deportóloga que se especializa en la neurociencia para estimular y mejorar el rendimiento deportivo.
Previo a su llegada a River, Sandra trabajó con deportistas olímpicos y convarias Selecciones Argentinas de diferentes disciplinas. y además en el laboratorio del CENARD. “Mi función en el plantel es entrenar el cerebro, desde un punto de vista funcional y no psicológico. Trabajo con software específicos para la velocidad de reacción y toma de decisiones que estimulan al deportista”, puntualizaba Rossi sobre sus funciones en el cuerpo técnico del Muñeco a La Página Millonaria hace algunos años.
Los jugadores cada semana se exponen a todo tipo de trabajo con ella correspondientes a estimular sectores de la mente que los ayudan a focalizarse y a entregar un plus en cada partido.“No hay nada mágico en lo que hago, son entrenamientos de la misma sintonía como si fueran de cualquier otra parte del cuerpo. Con diez sesiones de entrenamientos ya se empiezan a notar los grandes cambios en los jugadores, y ellos lo hacen con mucha disciplina y entusiasmo”, agregó Sandra al respecto.
Y fue una constante a lo largo de los años que cada futbolista que hizo mención a ella habló maravillas, y hasta alguno la consideró”la mamá del plantel”, como expresó por ejemplo Nicolás De La Cruz en las últimas horas.“Es un gran aprendizaje trabajar y estar rodeada de todos hombres, y también para ellos. Porque tienen una mujer conviviendo a su lado por primera vez desde que empezaron a concentrar en el fútbol, pero el balance es muy positivo y estoy súper contenta de este trabajo”, puntualizó Rossi sobre la convivencia con el plantel. Está claro que la mancomunión entre los resultados de su trabajo y la buena sintonía que existe desde lo humano con el equipo provocan una mezcla perfecta para que se haya convertido en un pilar dentro de lo que es la era Gallardo.