El Millonario no jugó bien en Ecuador, pero se puso 1-0 frente a Emelec con un cabezazo de Pinola y sostuvo la ventaja a través de una gran tapada de su arquero. De esa manera, alcanzó a Flamengo en la punta del Grupo D correspondiente a la Copa Libertadores.
Para ganar hay que hacer más goles que el rival. Una verdad obvia en el fútbol, aunque a veces encubierta cuando la diferencia apenas es por un tanto y, sobre todo, la enorme actuación de un arquero inclina la balanza. De eso es capaz Franco Armani, el hombre que parece un robot, una máquina de sacar pelotas imposibles. Es que el guardameta proveniente de Atlético Nacional le negó tres veces el grito a Emelec, especialmente cuando se lució sobre la hora para evitar lo que parecía inexorablemente el empate mediante Marlon De Jesús. Sin embargo, el número 1 brilló para lograr que el cabezazo de Javier Pinola, a los 43 minutos del primer tiempo, resultara decisivo en la calurosa noche de Guayaquil.
A River le costó demasiado llevarse los tres puntos. Sufrió más de la cuenta porque nunca pudo asumir el protagonismo del partido con la tenencia del balón. Impreciso, sin aprovechar los espacios disponibles ni el flojo retroceso de Emelec, el Millonario se mostró compacto para defenderse e inteligente en la distribución táctica, pero demoró media hora en rematar al arco y se encontró con la apertura del marcador poco antes de que finalizara la etapa inicial porque un centro de Gonzalo Martínez desde la izquierda permitió que Pinola, dentro del área chica luego de un tiro de esquina a favor, venciera de cabeza al arquero Esteban Dreer. Entre esa acción y las tres intervenciones fundamentales de Armani estuvo la diferencia para explicar el triunfo.
El arquero de River evitó que De Jesús abriera la cuenta cuando iban 32 minutos del primer tiempo. Más allá del remate débil, Armani achicó bien. En la segunda etapa desvió un potente tiro libre de Ayrton Preciado, mientras que sobre la hora se lució en otro mano a mano con De Jesús. Pese a que el conjunto que dirige Marcelo Gallardo siempre mantuvo el orden y supo replegarse, no le sacó rédito a los contragolpes ni tuvo puntería para estirar la distancia en el marcador. El Más Grande tomó malas decisiones en la zona ofensiva, tuvo pocos descuidos atrás, pero celebró en Ecuador gracias a un Armani fuera de serie, increíble. Por lo tanto, el equipo de Núñez alcanzó a Flamengo en la cima del Grupo D, con cinco puntos.
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