Se cumplen tres décadas de la obtención por parte de River Plate del Campeonato Metropolitano de 1979, torneo que significó el primero de la serie que culminaría con el segundo tricampeonato de la historia millonaria. El 19 de agosto de 1979, en un Monumental repleto y con una brillante exhibición de fútbol, el equipo dirigido por Ángel Labruna, demolió a Vélez Sarsfield en la segunda final y por un escandaloso 5-1 y obtuvo el certamen tras dos años sin títulos, pero afianzando la onda ganadora nacida en el triunfal 1975 que terminó con 17 años de frustraciones.

River encaró el Metro ’79 con el ánimo de dejar pronto atrás un mal año anterior, especialmente tras la dolorosa caída en la final del Nacional ’78 ante Independiente. Para ello, a su riquísimo plantel, lo reforzó con la llegada de los uruguayos Juan Ramón Carrasco y Alfredo De los Santos con la idea de volver a los festejos. El torneo, que a la sazón fue el último Metropolitano disputado en la historia, se jugó con el sistema de dos grupos de 10 equipos cada uno, de los que el primero y el segundo de cada zona clasificaban a semifinales. Este campeonato no tuvo partidos interzonales, a diferencia de otros certámenes de la época, por lo que no hubo ningún enfrentamiento contra Boca, algo impensado en estos días.

River conquistó finalmente el primer lugar de la zona A sumando 24 puntos, uno más que Vélez y Argentinos Juniors con los que protagonizó un duro cabeza a cabeza, decantado para el lado millonario tras un trabajoso triunfo en la antepenúltima fecha del grupo en el Monumental ante Argentinos, gracias a un tanto de Carrasco. Mientras que la zona B era ganada por Rosario Central y escoltado por Independiente, en un desempate para definir el acompañante de River por la A, Vélez dejó afuera a Argentinos de la definición del torneo.

El 29 de julio se disputó en el Monumental la primera semifinal contra Independiente en la que River venció en un partidazo impresionante por 4-3 con dos tantos del Beto Alonso, Passarella (penal) y el Nene Commisso, anotando para el Rojo Outes de penal y Alzamendi en dos oportunidades. Una semana después, el 5 de agosto, se jugó la revancha en Avellaneda en donde también triunfó el elenco dirigido por Labruna, esta vez por 2-1 con goles de Alonso y Passarella, confirmando el pase a la final, en donde tenía que enfrentarse a Vélez, que había vencido en la eliminatoria a Rosario Central gracias a una victoria por la mínima en Arroyito y a un empate sin tantos en Liniers.

La primera de las dos finales se disputó el 12 de agosto en el José Amalfitani, y si bien ya River había vencido en las dos oportunidades en que se enfrentaron a Vélez por la zona A, no le resultó fácil el encuentro, aunque finalmente logró un casi definitivo 2-0, logrado en los minutos 7 y 10 de la segunda parte, gracias a un zurdazo de Rubén Horacio Galletti y un cabezazo de Pedro Alexis González.

El 19 de agosto el Monumental se vistió de fiesta para festejar una consagración que finalmente resultó más cómoda de lo esperado. Luciendo la vieja camiseta a rayas rojas, negras y blancas, River formó con Fillol; Saportiti, Pavoni, Passarella y Héctor López (ST Horacio Rodríguez); J.J.López, Merlo y Alonso; Pedro González, Luque y Commisso. El equipo de Labruna no tuvo demasiada resistencia en el campo de juego por parte de su rival y consiguió una goleada tan contundente como merecida. Dos goles de Pedro González y uno de Alonso, Commisso y Luque, redondearon un 5-1 (descontó Jorge) que se transformó en un festejo inolvidable, puesto que River conquistaba un título en el Monumental tras 22 años sin lograrlo, pues vale recordar que los dos campeonatos de 1975 los ganó en Vélez y en Rosario, mientras que el de 1977 fue obtenido en Huracán.

El segundo tricampeonato de la historia de River se ponía en marcha, con el mejor fútbol y de la manera más lujosa posible en un festejo que fue de los más importantes y brillantes de la riquísima historia riverplatense.

Foto: archivo PN