Ricardo Ismael Rojas estará por siempre en un lugar especial del corazón de los hinchas de River. El misionero nacionalizado paraguayo convirtió un solo gol en su carrera como profesional, y fue ni más ni menos que para meterle una vaselina infernal al Pato Abbondanzieri en un Superclásico lluvioso de la Bombonera, que se dio en un día como hoy pero hace 19 años.
¿Pero de qué se trata la vida de Rojas en la actualidad? Es totalmente opuesta a la que llevaba adelante cuando era futbolista. El defensor que llegó a estar presente en el Mundial de Francia en 1998 se retiró en Belgrano de Córdoba en el año 2006, y de allí en adelante se radicó en su Misiones natal. Y actualmente vive literalmente alejado casi de toda la realidad del país y del mundo.
Rojas se instaló en Puerto Rico, un pequeño pueblo de la provincia de Misiones que cuenta con 25000 habitantes, muy cerca de la frontera con Paraguay. No consume partidos de fútbol y solamente se informa por la radio o por algún portal de internet que consume su esposa. La tecnología lo abruma de pies a cabeza, y juega picados de fútbol con sus amigos del lugar.
“No veo fútbol, y nunca sé cuantos puntos tiene River ni ningún equipo. Nunca pisé un estadio desde que me retiré. Y sinceramente nunca extrañé el fútbol para nada”, reconoció Rojas hace dos años en una entrevista a Infobae, mientras pasaba gran parte de su tiempo estudiando álgebra y leyendo libros sobre sucesos espirituales. Además es un hombre que realiza muchas actividades benéficas y suele visitar hospitales y asilos de ancianos para ayudar y conocer nuevas historias de vida.
Cabe destacar que Rojas, quien cumplió 50 años el pasado 26 de enero, jugó durante cinco años con la camiseta de River. Disputó 67 partidos oficiales con la banda roja, y marcó solamente ese gol histórico. Y dio tres vueltas olímpicas en el Más Grande, ya que se consagró en los Torneos Clausura de 2002, 2003 y 2004.