Sí, es muy difícil levantarun 0-3 en 90 minutos ante un equipo que se mostró “bicho” y bien plantado en la cancha. Sí, el nivel de complejidad del desafío sólo es superado en el ciclo Gallardo por las dos remontadas que hubo que llevar adelanteen Brasil, ante Cruzeiro y Gremio. Pero sí, sabemos que es posible.

Las razones principales de la ilusiónno van de la mano exclusivamente a que “es fútbol y puede pasar cualquier cosa”, sino que están sustentadas desde una estructura de equipo confiable para afrontar situaciones límite, en un gran nivel dejerarquía desde adentro de la cancha,y la enorme capacidad en la toma de decisiones desde afuera.

Y además hay un plus que es intangible: el factor Gallardo. Su inteligencia para saber preparar la cabeza de los futbolistas y la estrategia adecuada Todo aquello, sumado al empuje que habrá en el Monumental, hacen creer que el desafío es bien factible pese a la enorme dificultad que hay por delante.

Una vez finalizado el encuentro en Tucumán, Enzo Pérez reconoció que el rival hizo “un partido perfecto”, acompañado a la mala versión que mostró el Más Grande, y por eso se dio el resultado abultado.Y sabemos que si este martes el que juega un partido perfecto es Rivery muestra todas las cualidades de un verdadero campeón de América, las diferencias pueden ser más profundas sin importar cómo pueda jugar el rival.

River sigue dependiendo de River. Como en Belo Horizonte. Como en Porto Alegre. Como en la vuelta ante Wilstermann. Como en México ante Tigres cuando se estaba quedando afuera. Como cada una de las tres veces que estuvo en desventaja en una final del América contra su clásico rival. Vaya que hay ejemplos de sobra como para mantener aferrada la ilusión.