Barovero se irá de River en julio, pero no sabe qué hará en caso de que el equipo llegue a las semifinales de la Copa Libertadores, que se llevarán a cabo cuando finalice su contrato.

Es difícil hallar una situación imposible en la vida. Nada es absoluto. La salida de Marcelo Barovero tampoco. ¿Qué puede impedir la partida de Trapito en el plazo previsto? Una cuestión deportiva, la chance de alcanzar una corona internacional otra vez. Más allá de haber ganado prácticamente todo en River -únicamente quedó la espina en el Mundial de Clubes-, una nueva semifinal continental pondría en duda su determinación.

¿Cuál sería la determinación de Trapito, quien tiene las puertas abiertas si cambiara de opinión, en caso de que el campeón de América quede a un paso de la instancia decisiva? “No sé, no me gusta hablar sobre supuestos”, contestó. Sin embargo, el referente dejó una posibilidad de quedarse. “En todo caso, ojalá tenga ese problema para decidir. Querrá decir que hemos llegado a semifinales”, respondió, en una entrevista imperdible que le concedió a revista El Gráfico.

Mientras tanto, compenetrado en el presente, aunque haciendo un balance de todo lo experimentado desde su arribo, en julio de 2012, el arquero resumió buena parte de lo ocurrido. “La verdad que lo que viví acá es único, impagable, y todo esto me lo dio River. Estoy totalmente agradecido. Pero también es cierto que uno, cuando sale a la calle, tiene que estar pensando todo y, a veces, no actúa naturalmente”, resaltó.

A veces se interpreta que a mí me preocupa la presión o la exigencia futbolística. Y no, al contrario: yo busco la exigencia y adentro de la cancha soy el tipo más afortunado y más feliz. Después pasa por una cuestión de cómo se vive el fútbol y no poder manejar ciertas situaciones. Por ejemplo, cómo se vive en la calle. Acá la pasión se desborda. Y no sólo es con uno, sino que rodea a toda la familia”, agregó el capitán del Millonario.

Un posible altercado o cualquier tensión mínima inquieta a Barovero, que paradójicamente es capaz de trasmitirle seguridad a millones de hinchas: “Hay mucho respeto en general. Pero te puede venir a saludar 100 personas y, si una te dice algo, te va a quedar grabado eso. Acá hay mucha locura, y así como hay gente que lo puede manejar, yo no puedo. Es un combo de cosas. Es darle prioridad a la familia y tener la posibilidad de vivir las pequeñas cosas que uno no puede en este lugar. En la mayoría de los países no se vive con tanto desborde de pasión el fútbol, así que hay muchas oportunidades”

La determinación de Trapito es pública desde enero de este 2016, aunque puertas adentro existe mucho antes. “Hablé con Marcelo (Gallardo), y me dio su opinión. Lo mismo con el presi (Rodolfo D’Onofrio). Entienden. La mía es una postura clara y por eso quise avisarles con tanta anticipación. Hace casi un año, con responsabilidad, para que pudieran ir pensando en el tema“, reconoció, pese a que no definió dónde continuará su carrera.

Cada ovación en el Monumental conmueve al jugador surgido de Atlético de Rafaela y con pasado tanto en Huracán como Vélez. Sin embargo, no cambia el rumbo. “Me toca, me moviliza, por supuesto, como todas las demostraciones de afecto. Pero esto es una decisión muy pensada, que no la tomé de un día para el otro. Insisto: hay gente que la puede llevar muy bien, yo no. A mí me cuesta, y por eso quiero un cambio: disfrutar de la familia, darle la prioridad a ellos“, avisó.

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