El delantero, que volvió al fútbol argentino para jugar en Independiente, reconoció que quedó muy golpeado por aquel penal histórico contenido por el por entonces arquero de River.

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Hace más de dos años, Marcelo Barovero le atajó un penal clave a Emmanuel Gigliotti. Un rato después se consumaría la eliminación de Boca de una Copa Sudamericana que terminaría ganando River al superar en la serie decisiva a Atlético Nacional de Medellín.

Hace más de dos años de aquel episodio, pero, sin embargo, Gigliotti todavía no logra recuperarse. “Nunca más volví a ver el Superclásico del penal que me atajó Barovero. Vuelvo a ver la mayoría de los partidos, pero ese no volví a verlo. Lógicamente sí he visto la jugada de la definición del penal, pero no me pone triste ni nada de eso. Es parte del fútbol. Aquel día hice un gol lícito y no lo cobraron. Erraste un penal, te comiste un gol, sos arquero y se te escapó entre las piernas; son cosas del fútbol y hay que tomarlas así”, comenzó reconociendo el atacante.

“Boca es parte del pasado. No me quedo en eso, no puedo cambiar absolutamente nada de lo que pasó. Yo ahora estoy muy feliz de haber vuelto al país, es una de las decisiones más lindas que tomé en mi vida”, continuó exteriorizando el ahora delantero de Independiente en declaraciones brindadas a ‘Clarín’.

Luego, y, cuando se le preguntó si debió irse a China por aquel penal, aseguró: “El fútbol argentino es así, es la manera de ser, no del argentino, sino del sudamericano en general. La realidad es que también le pasó a Orión cuando en la llave anterior había sido clave atajando penales para clasificar. Y pasa en la Selección Argentina: juegan Higuaín y Agüero, que no hace falta decir lo que son como jugadores, y en vez de estar esperando que les vaya bien estamos esperando que les vaya mal para criticarlos. Con Messi, lo mismo. Es una locura del fútbol sudamericano. Da tristeza que haya gente que esté esperando el fracaso de otros”.

Por último, señaló: “Lo mío a China se resolvió de un día para el otro, fue todo rápido y sin pensar mucho. Yo me fui a China porque en ese momento estaban todos los mercados cerrados y busqué tener continuidad porque en Boca estaba relegado”. Aunque intente negarlo por momentos, no puede evitar de ninguna manera demostrar que la sombra negra de Barovero y de River ronda por su cabeza constantemente.

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