Marcelo Barovero realizó un extensivo repaso de sus 4 años en el club y no dejó tema sin tocar: sus sensaciones al llegar, el penal a Gigliotti, la noche del gas pimienta en la Bombonera, la Selección, su sucesor y mucho más. Imperdible.

Cuesta asumirlo, pero la etapa de uno de los más grandes arqueros de la historia millonaria ha concluido. En una extensa entrevista con el programa de radio “Conexión Riverplatense”, Marcelo Barovero repasó todo lo que vivió desde que ocupó por primera vez el arco de River hasta el día de su despedida ante Gimnasia y Esgrima La Plata.

Lo primero que confesó Trapito fue la rara sensación que tuvo al llegar desde Vélez, un club modelo institucionalmente por aquella época: “Cuando llegué, me encontré con un club complicado en todo sentido. Veía falta de infraestructura. Jamás hubiese imaginado una institución así, cosas que uno daba por descontado y la verdad faltaban. Lo hablaba con Gaby Mercado y Ariel Rojas, que habíamos llegado juntos”. Y agregó: “Era inimaginable que tres años después estuviéramos peleando cosas, ganando y poniendo al club en los primeros puestos. Fue un camino muy lindo y muy duro, que me llegó a una muy buena edad para agarrar este arco. Con el grupo que formamos se notaba que queríamos poner a River lo más alto posible. Este grupo se lo merecía, ante todo pusimos la camiseta encima de cualquier pensamiento individual”.

Un momento que marcó para siempre su ciclo en River y su relación con el hincha fue el penal atajado a Emmanuel Gigliotti en la Copa Sudamericana 2014: “La decisión la tomé a último momento. Lo habíamos estudiado con Nahuel (Hidalgo), el encargado de los videos, pero por suerte tuve una lucidez que es muy difícil tener. Uno puede estudiar, mirar, analizar los detalles en la tranquilidad de una habitación con una computadora, pero después en un partido de tanta magnitud y en una situación impensada por todos antes del minuto, es distinto. Gracias a Dios, tuve la suerte de estar lúcido de la cabeza y en ese momento hacer la atajada que realmente me marcó para todo el camino. Trapito también contó lo que sintió instantes después: “En el momento fue una satisfacción, pero muy contenida. Quedaba todo un partido por delante y, si se le dio tanta magnitud a esa atajada, fue por el después, por haber superado la serie, por haber sido campeones. Fue una satisfacción pero quedaba mucho”.

Y añadió: “Para verlo tengo un video preferido, que es el que está grabado desde la otra línea, está todo en silencio y de repente se escucha la explosión de la gente. Me eriza la piel”.

En otro enfrentamiento ante Boca, la noche del gas pimienta, Barovero confiesa haber vivido “uno de los peores recuerdos que tengo como futbolista”. “Fui el primero en salir del vestuario de Boca con Maidana y Mammana. Llego a la boca de la manga y veo la remera de Maidana manchada y escuchamos los gritos. No entendíamos nada. Jamás hubiéramos imaginado un ataque de semejante magnitud. Pero más allá del momento y del vacío que significó superar una serie no pudiéndolo demostrar como nosotros deseábamos, lo que rescato es nuestra frialdad y unión de no responder y no reaccionar en un momento tan difícil. Por suerte nos mantuvimos fuertes y juntos, porque si reaccionábamos podía pasar algo aún mayor y más triste”, aseguró.

Sobre la actitud de los jugadores de Boca, opinó: “Fue una situación difícil para ellos también. No es fácil saber cómo reaccionar ante algo así. Seguramente algún día nos cruzaremos y hablaremos, pero las imágenes son claras y no hacen falta palabras. Las palabras, lo más importante, es que vengan con los hechos. Pero sin duda que no fue una situación fácil para nadie”.

El ciclo de Barovero en River es inobjetable, pero si hay una espina clavada para el cordobés, ésa es no haber tenido su chance de representar al país: “Es un sentimiento que uno lo tuvo mucho tiempo, más que todo por lo que es este arco y porque la mayoría de los arqueros que pasaron por River tuvieron la posibilidad de jugar en la Selección. Ése sueño de defender a tu país. Es la camiseta mas importante que uno puede llevar. Siempre tuve la ilusión, pero no se me dio la posibilidad. Considero que no hay mejor arco que te deposite en la Selección que el de River”.

En caso de que hubiera sido considerado por Martino, Barovero confiesa que podría haber cambiado su decisión de abandonar el club: “Si uno estuviera ahí, quizás podría haber tirado un tiempo más, pero son cosas que uno supone, y una vez que pasó, reafirmé lo que venía pensando desde hace tiempo“.

Lo que Trapito “venía pensando hace tiempo” era la idea de no renovar su contrato con River: “La decisión la tomé en el 2014, antes de un partido con Estudiantes, por la Copa Sudamericana. Uno necesita en su momento poner prioridades. El fútbol argentino y River tienen un entorno muy fuerte, que no te deja disfrutar las pequeñas cosas y los años van pasando. Pero la decisión no pasó por problemas familiares, sino por una una cuestión personal de poner punto final al momento que a mí se me terminaba el contrato, porque uno no estaba con la fortaleza para asumir un nuevo contrato en el club”. Y agregó: “Mi familia creo que me va a agradecer este cambio por todo lo que hemos vivido. Fue la decisión mas difícil que tuve que tomar, pero a su vez me va a dar tranquilidad”.

Si bien desconoce su próximo destino -Europa es su preferido-, no se animó a hablar de un posible regreso a River: “Hoy por hoy me cuesta pensar más allá del próximo desafío que me toque. Sería injusto decir que en un par de años me veo en este arco. No corresponde y ni siquiera lo pienso. Veremos con el tiempo. Hoy estoy pensando a corto plazo”.

A lo largo de cuatro sus casi 4 años, Barovero entabló relación con muchos compañeros. Sin embargo, destaca la amistad que forjó con tres de ellos: “Al principio con el Lobo Ledesma compartimos mucho, hasta los viajes al entrenamiento. Y quedó una relación una vez que él se fue. Últimamente con Leo Ponzio fue con la persona con la que más compartí, con la que más diálogo tuve. Con él y con Gaby Mercado“.

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Matías Almeyda, Ramón Díaz y Marcelo Gallardo fueron sus entrenadores a lo largo de sus cuatro años en Núñez. Con cada uno de ellos tuvo palabras de agradecimiento. ” A Matías lo tuve muy poco y es difícil catalogar el paso mío con él. Justo él venía de un gran desgaste y no pudo hacer todo lo que él deseaba. Pero rescato esa locura que él tenía de decir que en los próximos años íbamos a ganar todo, ¡tenía razón! De Ramón, el respeto, la motivación. Él absorbía mucho el clima y nos permitía a nosotros a jugar más tranquilos. Creo que fue un paso muy importante y que a mí, sin dudas, me marcó. Fue el primero que me dio la cinta en este club. Estoy muy agradecido a él y a Emiliano. Se han portado muy bien y yo crecí muchísimo con ellos. Y de Marcelo, la etapa más fuerte y más importante. Por todo lo que vivimos. Justo cuando llegó Fernando Cavenaghi se tuvo que operar y quedé como capitán. Me dio confianza. Pasar estos dos años con tantas cosas, el diálogo, ser el primer DT joven que me toca tener, con otra forma de trabajar. Me llevo muchísimas cosas. He crecido mucho también con él”.

En un Monumental repleto que no paraba de ovacionarlo, Barovero jugó su último partido como arquero de River ante Gimnasia. Trapito contó lo que sintió en el momento que Batalla lo reemplazó: “Me sorprendió. Se paralizó todo, es inexplicable. No se puede describir con palabras lo que sentí desde que tiré la pelota afuera hasta que lo abrazo a Augusto antes de entrar. Son segundos que me voy a tener por siempre en el recuerdo y tengo muy claro que es muy difícil que repita algo similar”.

Y justamente sobre Batalla, su sucesor, se refirió con grandes elogios: “Es un arquero muy completo, que está preparado física e intelectualmente para ocupar este arco. Debe tener paciencia, recién tiene 20 años y el desarrollo se va dando semana a semana. A mí me cuesta ponerme en el mismo lugar a esa edad, más allá de que él tiene la ventaja de haber crecido en el club y de haber jugado en las selecciones juveniles. Lo más importante es que no se entre en ningún tipo de comparación, que él haga su propia historia y lo dejen hacer.”

Para el cierre, le dejó un mensaje a todos los hinchas de River:“Uno no se da cuenta de lo que me tocó vivir. El reconocimiento que he tenido en los últimos días fue algo muy fuerte, que me emocionó y lo disfruté. En algún momento me sentaré y estaré un largo tiempo recordando y me invadirán las lágrimas seguramente, porque es muy grande lo que viví. Me voy muy feliz, contento y tranquilo de haber cumplido mi sueño y la gente también cumplió con este equipo. A partir de ahora seré el hincha número uno y tratar de que sigan los éxitos y seguir por este camino”.

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