Lucas Alario aseguró que de ninguna manera le molestó ser reemplazado y que los gestos de bronca fueron por no poder rendir como esperaba. También valoró la forma en la que River se adaptó a lo que pedía el partido en el estadio Kempes.

Con el recuerdo reciente de la molestia de Andrés D’Alessandro por ser reemplazado contra Banfield, los gestos de enojo por parte de Lucas Alario al salir preocuparon a más de uno.

Pero el Pipa, al llegar a Buenos Aires, aclaró que nada tuvo que ver con la modificación: “No estuve caliente porque salí ni mucho menos. Solamente enojo conmigo mismo porque a lo mejor no tuve un buen partido ni pude convertir”.

Para el goleador, la clave fue saber contrarrestar la presión del local en el estadio Mario Alberto Kempes. “Era un rival duro que venía con un entusiasmo muy grande y en la segunda fecha enfrentar a River… el entusiasmo es más. Pudimos mantenerlo en contra y manejar el partido. Al tener dos hombres menos se hizo más fácil para manejar la pelota”, indicó.

Además, destacó que el plantel entendió que iba a tener que jugar de una manera distinta a la primera fecha: “Son partidos que a lo mejor para el público no es gustoso, fue más friccionado, de lucha. Teníamos que estar a la altura. Si no podíamos desplegar el juego que tuvimos contra Banfield, teníamos que estar preparados”.

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