El 9 de diciembre de 2019 el Muñeco Gallardo gambeteó a su timidez y se animó a agarrar el micrófono y dedicarle unas emotivas palabras a los 70 mil hinchas que coparon el Monumental para celebrar el primer aniversario de la Copa Libertadores 2018, la más importante y deseada de la historia. La que se ganó en las narices del clásico rival de toda la vida y la que la Conmebol decidió disputarlaa miles de kilómetros de donde debió haberse jugado. En aquella oportunidad el Millonario recibió a San Lorenzo por la Superliga y una vez finalizado el encuentro se esperó hasta la medianoche para que sea 9 de diciembre y comiencen los festejos. El DT del Más Grande no solo le habló a los fanáticos, sino que también se dio el gusto de cantar con todos los hinchas.

El segundo aniversario se dio en un contexto mundial muy particular, la pandemia impidió que haya público en los estadios, pero igualmente la gente de River se las ingenió para celebrarlo en una caravana multitudinaria. Por su parte, Marcelo Gallardo será entrevistado por Atilio Costa Febre en un streaming. El relator que sigue la campaña del Más Grande hace más de 30 años tendrá el privilegio de charlar con el entrenador más ganador de la historia de River en una fecha tan especial.

Las mejores frases del Muñeco:

“Teniendo objetivos tan cercanos, me cuesta que me venga a la memoria los momentos vividos. Pero entendí que era un momento especial para estar con la gente. Me tomé un recreo para estar cerca de los hinchas”.

“Se me viene la cabeza la final en Madrid cuando la gente lo agradece y lo hace permanentemente. No me doy el gusto que se me venga a la cabeza la final porque considero que el día a día nuestro haga que me tenga que enfocar. No puedo perder de vista lo que estamos haciendo. Entonces no suelo tomarme ese pequeño recreo”.

“Haber dicho después de Madrid que no había más nada tiene un tinte contradictorio, porque en ese momento sentí que nada lo iba a poder igualar”.

“Momentos como esos, tan intensos no se van a volver a dar. Fueron momentos de muchísima carga emocional. Por los diferentes episodios que se vivieron -primer final suspendida por lluvia- el hecho de tener que jugar en condición de visitante, con lo que eso significaba y después todo lo que sucedió. Fue de mucho desgaste mental, entonces ahí te das cuenta que no solo se vivió un momento del partido. Todo el contexto, todos los episodios vividos y no es fácil no perder de vista semejante acontecimiento”.

“Salí al balcón después de la primera final porque lo sentí, sé que tengo que medir mis acciones. No soy un tipo políticamente correcto, digo las cosas cuando las siento y en ese momento sentí que tenía que salir al balcón. Estaba viviendo un momento muy especial, no había podido ir a la cancha. Sentí que hubo una persecución, no digo que a River lo quisiera perjudicar, pero sí que estábamos acontecimientos muy complejos, estábamos combatiendo muchos frentes”.

“Después del problema con el micro de Boca, me parecía correcto jugarlo en igualdad de condiciones. No quería sentir ningún tipo de ventaja, no quería que se jugara el partido si los jugadores de Boca no estaban en condiciones de hacerlo. Se lo dije a D’Onofrio y cuando se pasó el partido para el otro día, vinieron las situaciones complejas que ya entraba todo lo político. Lamentablemente perdimos la oportunidad de darle a nuestros hinchas una situación inolvidable”.

“En la final de Mendoza se jugaban muchas cosas, nosotros no veníamos bien, habíamos sufrido un duro golpe con Lanús en la Copa de 2017. Siento que de alguna manera el medio nos estaba esperando. Se hablaba de final de ciclo y sentí que quería hacer creer que se terminaba todo y eso a mí me dio muchísimo empuje, me dieron ganas de rebelarme contra eso y yo veo las intenciones y cuando hay malas intenciones las sé leer. Yo había renovado un contrato hacía tres meses y sentí que había mala intención y eso me dio mucha fuerza. El 2018 iba a ser un año difícil, íbamos a tener que dar un golpe fuerte y contra Boca en Mendoza era el momento justo para dar vuelta la cosa. Pero no significaba que de haber perdido mi ciclo con River iba a terminar ahí, para nada. Hacía tres meses había renovado mi contrato. Si me hubiesen dicho que después iba a vivir el 2018 como lo viví no lo podría haber creído”.

“La cuestión era empezar bien la Libertadores 2018 e ir revitalizándonos, algo que nos volviera a llenar de confianza, y si bien en ese comienzo de Copa estábamos ahí, contra Flamengo era el inicio y todavía estaba esperando señales. En ese inicio no estábamos del todo bien hasta que empezamos a creer en nosotros y eso nos dio confianza”.

“El camino a partir de octavos de final fue complicado. De las últimas 20 ediciones de la Copa Libertadores, si te digo que te va a tocar Racing, Independiente, Gremio y después te iba a tocar Boca en la final, yo creo que no hay registro de eso. Todos los equipos eran fuertes, Racing e Independiente eran muy fuertes, Gremio era el equipo a vencer y después Boca. Por eso tiene mucho más sabor esa Copa. Porque no jugamos contra equipos que fueron llegando de casualidad a esas instancias. Igual para llegar hasta ahí, algún mérito tenes que tener. Enfrentarte contra equipos argentinos en etapas directas genera un desgaste enorme”.

“Viví muchos partidos de afuera, fueron varios. Afuera me refiero a no estar en el banco. Igualmente en la semana o antes de salir a la cancha eran charlas muy intensas. Yo tenía que dar un plus, tenía que estar más enchufado de lo normal ya que no iba a estar en el banco. Para no sentir esa culpa conmigo y para que los jugadores se sientan seguros y confiados tuvo que dar lo mejor de mí”.

“Yo no estuve en el banco, pero los jugadores salieron confiados siempre”.

“Bajé en el entretiempo contra Gremio y les dije que estaba feliz y orgulloso de lo que estaba viendo, que estábamos jugando contra un equipo campeón y el rival nos mostraba mucho respeto. Había que jugar de esa forma y bajé porque necesitaba decírselo, que sepa que estaba orgulloso de lo que estaban haciendo”.

“El estadio de Gremio era muy lindo, muy cómodo y no tuve problemas para bajar al vestuario, necesitaba en el entretiempo transmitirle mi orgullo en ese momento”.

“No tengo mucha memoria, pero Matías y Hernánque sí la tienen y más que nada Hernánque se acuerda de cosas de cuando teníamos quince años. Cuando quieran hablar con alguien que les quiera contar o transmitir cosas puntuales, vayan a buscar a Buján”.

“No entendí lo que fue a ver al árbitro al VAR, no lo entendí porque yo estaba arriba, estaba en un palco y no tenía la visión de ver que había sido mano. Nosotros estábamos en la búsqueda de hacer el gol que nos de la clasificación. Cuando fue el Pity a patear al córner quería que se juegue, pero ahí hubo un llamado del VAR y que vio la mano”.

“Me daba lo mismo enfrentar a Boca o Palmeiras, era tanta la alegría que teníamos que no hubo mucho momento para ponerse a pensar cuál iba a ser el rival. Todavía faltaba el partido de vuelta. Por lo que había visto en el partido de ida, o veía más sólido a Boca para pasar la semifinal. Pero la noche en Porto Alegre fue todo festejo propio, fue algarabía, habíamos vivido un hecho histórico: lo dimos vuelta en Brasil. Al día siguiente sí ya había una visión más clara de qué rival nos podía tocar”.

“Después de mi ida de Nacional estuve dos años sin trabajar y me dieron mucha energía, los aprovehcé para cuando me tocara el momento de volcarlo y llegó River en un momento inesperado. Todo lo que vino fue por todo lo trabajado, pero tienen que darse los resultados para que todos acompañen. Pasaron los primeros cuatro meses del 2014 tuvimos que conocernos, más allá de la confianza que tenía con Enzo, yo no tenía mucho vínculo directo de lo que se estaba haciendo y que Enzo haya depositado esa confianza y de empezar a todos los demás, pero no conocía a esta directiva, tenía que empaparme de lo que teníamos, de la riqueza del plantel”.

“De entrada hubo una gran predisposición para trabajar, tanto de Francescoli como de la directiva”.

“Los momentos de tensión ayudan para saber dónde estamos parados, sirve para saber si estábamos unidos o no”.

“Nosotros íbamos a encontrar a un muy buen equipo en Madrid. Tenía jugadores que estaban pasando un muy buen momento. Boca había transitado toda esa Copa con buenos rendimientos individuales, era un equipo muy peligroso. Pero si hubo algo que nosotros siempre tuvimos fue sentirnos seguros de lo qe eramos. Estábamos en igualdad de condiciones a nivel jerarquía, pero desde lo mental, creo, que estábamos mucho más sólidos en ese aspecto”.

“Nosotros nos empezamos a soltar en el segundo tiempo”.

“Los dos primeros los grité con la misma euforia, porque el tercero no lo vi. Yo había bajado del palco y estaba esperando que termine el partido, pero todavía faltaba el descuento y algunos minutos más”.

“Todo el tiempo pensaba en los que se quedaron en Buenos Aires, era una gran injusticia que el partido se juegue en Madrid. Porque nadie se acuerda del esfuerzo de toda la gente que pudo conseguir la entrada para el Monumental. Me llegaron muchas cartas de mucha gente contándomesu frustración de no poder vivir la final. La gente merecía disfrutar la final en su casa”.

“Me parece demasiado exagerado el apodo Napoleón, pero a la gente parece que le gustó”.

“Siempre sentí una gran frustración con mi físico en mi etapa de futbolista, siempre me costó y lo sentí uno de los puntos débiles y eso me ayudó a forjar una mentalidad”.

“En el fútbol las herramientas que hoy existen para los entradores para capacitarse, para poder bajar lineamientos, pero lo importante es saber cómo las transmitimos. De mi pasado como futbolista siempre hay algo que está conectado a mi presente como entrenador”.

“Me gustaría disfrutar de todos los éxitos cuando ya esté más tranquilo. Hoy lo disfruto a medias, pero tiene que ver con el deseo de seguir estableciendo algunos desafíos, que no sean solamente míos, sino grupales. Que sean de los jugadores, colaboradores, dirigentes, cuerpo técnico. No hay posibilidad a relajarse, porque si entras en un estado de confort, suele hacerte daño y quisiera que River como institución mantenga eso, más allá de las personas, porque las personas estamos de paso”.

“Creo que el primer jugador con el que me abracé en el Bernabéu fue con Franco Armani. Fue el primero que me vio y me vino a buscar, creo que es él, no tengo tan buena memoria”.

“Maidana y Ponzio fueron y van a ser siempre símbolos de este proceso. Joni fue ese caudillo silencioso, que se entrenaba con una mentalidad tremenda, que más allá de los problemas físicos no se quería perder ningún entrenamiento, tenía una mentalidad tremenda y además fue sumamente importante para nuestra estructura defensiva y Leo Ponzio lo mismo, él estaba olvidado cuando llegamos y vimos en él a un león herido, que estaba caído, desalinéado y cuando yo llegué le dije que lo iba a tener en cuenta. Le dije que se corte el pelo y que se ponga bien y con el correr del tiempo Leo se ha convertido en el símbolo de este proceso”.

“Lloré varias veces por el fútbol, cuando le ganamos la semifinal de Sudamericana contra Boca, en el 2015 me quedé un rato llorando después de ganar la Libertadores. En el vestuario en Porto Alegre también. Pero la final contra Boca no lloré, o tenía nada adentro, era pura felicidad”.

“Hablar de mi vieja en público me cuesta demasiado. Mi vieja me acompañó hasta el día que murió, ella ya estaba enferma y estábamos viviendo la Sudamericana 2014 y ella quería ir a la cancha y esperarme en la puerta del vestuario y solamente ella quería eso, quería saludarme. Entonces es muy difícil separar”.

“Me hubiese gustado ser Campeón de América con toda nuestra gente en su casa. Mi deseo era ese, pero finalmente se dio ante los ojos del mundo, que lo hace todavía mucho más grande”.

“He cantado ‘Como te duele la cola’, porque fue muy pegadiza. Sin faltar el respeto a nadie”.

“No creo que yo vuelva a vivir una experiencia similar a la que he vivido todos estos años en River y lo tengo claro eso”.

“A toda la gente que me ha demostrado todo ese cariño tan enorme y desmesurado porque sienten algo muy especial, yo solamente les digo gracias y lo hago de todo corazón. Todo el tiempo me llegan mensajes y no dejo de sorprenderme, eso es mucho más de lo que hubiese esperado. Yo de corazón le quiero agradecer a toda esa gente que tiene semejante cariño por mi persona”.

“Cada uno de mis hijos es el tesoro más preciado que me dio la vida. Trato de ser amigo de ellos y estar presente todo el tiempo”.

“Un abrazo muy especial al hincha de River, espero que disfruten el día. Va a ser muy especial cada 9 de diciembre”.