Miguel Borja llegó a River en medio de un proceso de cambio. Se fue Julián Álvarez, una de las joyas del club, pero llega un goleador que sabe lo que significa vestir la camiseta de su selección, que ya ganó una Copa Libertadores con Atlético Nacional y que arribó al club de Núñez como la segunda inversión más importante de la Era Gallardo, solamente superado por Lucas Pratto y la cifra millonaria que pagó al Sao Paulo a principios de 2018.
Sus primeras horas en la Argentina fueron a puro vértigo: del aeropuerto a la revisión médica, y de la clínica al Monumental para firmar su contrato y poder presentar toda la documentación antes del cierre del libro de pases. Es por esto que el atacante cafetero no se detuvo para hablar con la prensa luego de los estudios cardiológicos en la puerta de la Clínica Rossi, como sucede habitualmente con las caras nuevas.
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Lejos de las cámaras y los micrófonos, la presentación oficial de Miguel Borja fue a tono con los tiempos que corren: un video institucional en el que aparece recorriendo las instalaciones del Museo River, contemplando los títulos y los trofeos. Sobre el final, en el sector donde están enumerados todos los jugadores que vistieron la banda roja, el cafetero agregó su nombre con una descripción muy particular: “Una historia por escribir”.
