“Mucho más que un defensor” podría ser el slogan en caso de que Gonzalo Montiel apareciera en alguna publicidad en televisión. Desde 2016, Cachete no para de crecer en todo aspecto -futbolístico, físico y mental- lo que lo llevó a ser el jugador completo que es hoy. Central por naturaleza, devenido a lateral derecho pero con una incansable vocación ofensiva, Montiel es uno de los pilares de este River -lo es desde hace cuatro años- y es tal el fanatismo por el club tanto por él como de su familia que antes de que naciera, quisieron ponerle el nombre de uno de los máximos ídolos de la historia riverplatense.
“Sí, me quería poner el nombre completo del Burrito y mi vieja le dijo que estaba loco. Me quería poner Gonzalo Ariel Ortega Montiel pero no lo dejaron así que quedó Gonzalo Ariel Montiel”, reveló el defensor del Millonario hace un tiempo a El Gráfico. Claro, cuando Cachete estaba por nacer, en el año 1996, el Burrito era uno de los símbolos de aquel equipo imborrablede cualquier memoria que se consagró campeón de la Libertadores ante América de Cali ydivertía a propios y extraños con su magia y sus goles -en esa temporada marcó 10-.
Probablemente mucha gente no lo sepa, pero Montiel estuvo un breve tiempo jugando en las inferiores de Boca hasta que se cansó y su familia, acompañando con mucho sacrificio y esfuerzo el deseo de su hijo de ser futbolista,lo llevaron a probarse a River con 10 años y quedó: “Me probé en Boca y antes en Huracán. Estuve en Huracán medio año, es más,jugué contra River. Después pasé a Boca y estuve medio año pero sin jugar. Armaban dos equipos y a mí y a otros jugadores nos dejaban aparte. Iba a entrenar y me dejaban de lado y mi familia no estaba bien económicamente para pagarme los viajes y, sin jugar, yo no sabía si tenía un futuro ahí”, contó.