El delantero millonario, a préstamo en Banfield hasta mitad de año, contó cómo el haber llegado a Primera en River lo hizo creerse mucho más de lo que realmente siente ser. Confesó que su paso por el Taladro le sirvió para crecer y madurar.

Giovanni Simeone necesitaba un baño de realidad. Sin darse cuenta, llegar a jugar en River con 18 años lo había mareado, confundido. Precisaba de algo que lo trayera de nuevo a tierra.

“Necesitaba encontrarme. Por ahí antes no estaba cómodo y Banfield me ayudó a madurar y a crecer como jugador y persona”, afirmó en diálogo con ESPN FC. “No soy el jugador que me dijeron en River. Te dicen que sos el mejor de todos y no lo soy, pero ahora conozco lo que puedo llegar a dar. La gente, los compañeros y los partidos me ayudaron mucho”, agregó el delantero, quien debutó con La Banda a mediados de 2013.

Para el Cholito fue difícil convivir con todo lo que se genera en el mundo River: “Antes vivía de lo que supuestamente iba a ser, no sé si es comerse la pelicula, pero se te suben los humos al aire en River. Estuve en un plantel campeón, convertí goles y yo creía ser un jugador top de Argentina con sólo 18 o 19 años. Venir a Banfield me hizo entender que no soy quien me hicieron creer. Eso fue algo muy importante para mí, porque para mí primero está la persona y después el jugador”.

Con respecto al peso de su apellido, Gio aclaró: “A veces uno cree que tener apellido es fácil, pero no lo es. Me independicé, porque no soy el hijo de…, sino que soy Giovanni”. Al mismo tiempo que aseguró que le gustaría ser dirigido por su padre: “Le exigiría el triple, seguramente”.

Por último, marcó un objetivo para el futuro: “El premio mayor es la Selección, desde jugar un Mundial o un amistoso”.

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