Parece que se le va a terminar la cancha y algo inventa. Parece que ya no tiene más aire de tanto correr y saca oxigeno de algún recoveco de sus pulmones. Julián Álvarez es impresionante, es impactante, es el infierno hecho jugador. Generó el penal del 1-0 ante Croacia con una corrida magnífica y repitió la fórmula para darle su sello al 2-0 que le permitió a la Selección respirar y sacar adelante un partido que se le había presentado mucho más incómodo de lo normal.

Tres rebotes le dieron la ayuda a Julián para terminar definiendo en el aire, como si estuviera levitando, con sutileza por encima del arquero Livacovic, pero detrás de esos rebotes hubo un delantero que nunca se cansó de correr, presionar y asfixiar. Que nunca termina de saciarse y por eso busca todo el tiempo más, con diagonales, con desmarques y con alguna herramenita de su repertorio interminable de jugadas y movimientos.

Fue tan conmovedora la función de fútbol que dio el atacante surgido en River que hasta despertó la admiración de Ronaldinho, histórico crack brasileño que la rompió en la Selección y enamoró a millones de futboleros con sus gambetas en el Barcelona y el Milan, entre otros equipos. Mientras Julián festejaba y se abrazaba con Messi, el ex futbolista de la Verdeamarela rompió en aplausos en uno de los palcos del Estadio Lusail. Los mejores del mundo vinieron a ver el espectáculo y Juli está haciendo valer el dinero de las entradas…

El video de Ronaldinho aplaudiendo a Julián

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