Cada vez que River abre el estadio Monumental para organizar un partido debe invertir varios millones de pesos para su realización. Sin embargo, la final de la Copa Libertadores frente a Boca demandó un gasto muy superior al habitual por diversas razones en materia de seguridad, logística y recursos humanos.

Entre ayer y hoy el cálculo estimado es de unos 20 millones de pesos en pérdidas, sabiendo que no se pudo disputar el encuentro en la cancha de River. Es decir la quinta parte de lo recaudado en concepto de venta de entradas, un monto significativo y que, por ejemplo, representa casi un mes de sueldos para los empleados de la institución, sin incluir al plantel profesional ni el cuerpo técnico.

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¿Por qué se fue tanto dinero? Operativo de prevención (policías y miembros de seguridad privada), controles de Utedyc, horas extra de los empleados para cubrir distintas áreas y accesos, material de logística y todo tipo de artículos necesarios en un día de partido.

Mientras tanto, el mundo River aguarda por una resolución de la Conmebol. La intención obviamente es jugar en el estadio Monumental, con público y un rival en óptimas condiciones para que no haya excusas ni ventajas de ningún tipo.