Me dijeron que cuando empezara a trabajar en periodismo, la pasión iba a disminuir y ya no me iba a volver loco con cada partido de River. Bueno, eso no es verdad. Ayer El Más Grande cayó sin reproches frente a Lanús y apenas terminó el encuentro, yo era un manojo de nervios. Por eso esta nota ve la luz recién hoy.

En el fútbol los tiempos cada vez son más cortos. Los felices y los tristes. Hace una semana le ganábamos a Boca 2 a 0 en Mar del Plata. Todo era alegría. Ayer se nos escapó la Supercopa, con un resultado abultado pero cierto, 3 a 0, y el panorama se oscureció.

Las redes sociales, termómetro de la tensión del hincha, hacían TT a Batalla y al Pity Martínez desde el inicio. River no jugó bien. Me siento hasta estúpido escribiendo eso. Algo tan obvio como real. Me cuesta incluso encontrar algún punto destacable más allá de Nacho Fernández. La ausencia de Alario fue un puñal. Pero esa “Alariodependencia” es lo que más me preocupa.

No somos los peores del universo. Ni por asomo. Pero tampoco veo posible, así, la Copa Libertadores. Sí, perdonenmé muchachos, pero nobleza obliga. Hoy no veo a un plantel capaz de ganarla. Ojo, me das al once ideal de este plantel y digo que sí. Pero la Libertadores es mucho más que “once titulares”. Porque hay lesiones, sanciones, e incluso partidos donde la estrategia le gana a los nombres. Y ahí es fundamental el recambio. Es clave un arquero gana partidos, unos centrales que dejan la vida acá y allá (como Maidana), un capitán caudillo (como Ponzio), y un delantero letal (como Alario). ¿Pero qué pasa cuando se cae alguno de esos soldados?

Tenemos dos cupos más para reforzar al equipo. Entiendo el concepto de Gallardo, de ir a buscar nombres que jerarquicen al plantel y que hoy por hoy, no hay en el mercado jugadores que cumplan con ese requisito y que sean de “fácil traer”. Bueno, será el momento para que Francescoli exponga sus dotes de mánager y los consiga. O por qué no, apostar por una promesa que termine sorprendiendo a propios y a extraños como sucedió con Alario.

La base está. La clasificación también. Gallardo apostó por este proyecto, decidió quedarse un año y más y eso es lo que al final me deja tranquilo. De hecho, ese pensamiento fue el que me permitió anoche irme a dormir luego de haber estado insultando al viento tras la inobjetable derrota con Lanús.

$bp(“Brid_86312986”, {“id”:”6064″,”width”:”100%”,”height”:”400″,”video”:”111002″});

+ JUGADOR X JUGADOR: Así fue el rendimiento de los jugadores de River.

+ FOTOS: Las imágenes de la Supercopa Argentina.

+ EL RECIBIMIENTO: Espectacular, como siempre.

+ TODOS UNIDOS: Los lesionados fueron a La Plata.