El artillero Millonario no había mostrado su mejor versión, pero fue absolutamente determinante aportando un doblete para convertirse en figura y doblegar a un molesto Quilmes.
Lucas Alario es uno de esos jugadores que tienen que estar siempre dentro del campo de juego. No importa si no vienen teniendo su mejor rendimiento o no lograron desequilibrar a lo largo del partido: son peligro constante para el rival de turno. Y hoy fue así.
El artillero venía dibujando una actuación opaca, con mucha pelea pero poco fútbol. No había logrado generarse espacios debido al numeroso bloque defensivo de Quilmes. Se lo veía fastidioso y molesto por el partido que proponía el voluntarioso rival.
Pero apareció cuando tenía que aparecer. A los 27 minutos del segundo tiempo, Rodrigo Mora envió un centro picante que fue bajado de forma correcta por Sebastián Driussi. Alario aprovechó su buena ubicación para empujar el balón hacia la red y destrabar un duelo complejo.
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Y eso no fue todo: cuando la visita acechaba y luchaba buscando el empate, River diseñó un contragolpe perfecto y letal. Driussi y Mora lo encabezaron, pero Alario fue quien le dio forma de festejo a través de una definición al segundo palo de César Rigamonti.
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En un partido trabado, sucio y complicado, Alario terminó siendo completamente determinante para que el elenco Millonario vuelva a sumar tres puntos y no se baje de la pelea por el campeonato. Por ello fue la figura del triunfo sobre Quilmes.
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