Por insistencia, actitud y viveza, River le ganó el único Superclásico veraniego a Boca y se llevó una enorme inyección anímica para enfrentar a Lanús en busca de un nuevo título.

Como todo Superclásico, el arranque fue friccionado, con faltas de ambos lados y un par de corners mediante los cuales River intentó sorprender con saque corto en vez de centro, aunque sin precisión en el remate final.

Sin embargo, a los 8 minutos, el primero en avisar fue Boca, mediante un mano a mano que Cristian Pavón no pudo concretar gracias a la excelente salida de Augusto Batalla, quien llegó a tocar la pelota para desviar el remate hacia el tiro de esquina.

A partir de allí comenzaron una serie de faltas, patadas y tarjetas amarillas para ambos lados. De fútbol, poco y nada, en un encuentro muy caliente y sin regalar un centímetro por parte de los del Muñeco.

De volea, y a los 25 minutos de la primera parte, Sebastián Driussi generó la primera jugada de peligro a favor de La Banda, que no tuvo conexión entre líneas como para dominar el partido.

Sobre la media hora de juego pasó de todo. Primero, Jorge Moreira cerró con lo justo un centro al ras del piso antes de que Benedetto la empujara. De ese corner llegó un envío que Centurión desvió y la pelota rozó el travesaño. Y, en la respuesta riverplatense, un disparo de Camilo Mayada fue interceptado por Tobio, quien casi la mete en contra.

Pero la más clara de la primera mitad llegó a los 33 minutos con un cabezazo a quemarropa de Rodrigo Mora en el borde del área chica. Para fortuna del eterno rival, el disparo del uruguayo no fue esquinado y Werner la sacó en la línea.

Antes del descanso, a los 41, el que volvió a acercarse fue Boca. Un centro de Pavón desviado por Jonatan Maidana le quedó a Fabra dentro del área, pero el colombiano la tiró por arriba. A los 42, Centurión sacó un puntinazo que Batalla pudo despejar.

El primer tiempo se cerró con dos acercamientos de River: un derechazo de Mora que salió cerca y un gran zurdazo de Nacho Fernández -luego de tirarle un caño a Gago- que Werner pudo controlar.

La primera de peligro del complemento también fue para Boca, con un remate de Pablo Pérez desde el costado derecho que Batalla controló sin problemas. Al minuto, Nacho Fernández recibió un pase espectacular de Driussi y quedó mano a mano, pero definió a las manos de Werner.

River pareció diluirse hasta que, a los 16 minutos, Driussi se avivó y robó la pelota en tres cuartos de cancha. Tocó para el Pity, que fue derribado por Peruzzi, quien la tocó con la mano. Pitana cobró penal y el propio Driussi, desde los doce pasos, venció a Werner para abrir el marcador en el Minella.

Encima, a los 24, Arturo Mina -que no había tenido un gran partido- saltó más que todos y, de cabeza, puso el 2 a 0 para hacer delirar a los hinchas del Más Grande y aliviar al equipo de Gallardo.

Y el partido se descontroló. Boca, fiel a su historia, empezó a ensuciar el Superclásico, Insaurralde le pegó al juvenil Palacios y se armó un tumulto que terminó con las expulsiones del pésimo defensor rival, además de Benedetto y Driussi.

Pitana le puso fin al Superclásico y le dio inicio a una buena alegría para el Millonario, que pudo festejar en la cara del eterno rival a una semana de otra final. ¡Vamos River!

+ PUNTAJES: Jugador x Jugador.

+ FOTOS: Las mejores imágenes del Superclásico.

+ GOLES: Los gritos del Más Grande en el Minella.

+ OLIVERA: Pérez lo golpeó feo y tuvo que salir.

+ ALARIO: Descartado para cuidarlo antes de la Supercopa.