Hubo una época en el fútbol argentino en la que enero era un mes caliente y no solo por sus temperaturas. Los equipos mas importantes del país se juntaban a disputar los torneos de verano y Mar del Plata era el centro de atención de todo fanático que vivía aquellos partidos con la misma pasión de los campeonatos o la Libertadores.

Debutaban los refuerzos estrellas de los clubes grandes. Se daban partidos y goles memorables como aquella chilena sensacional de Francescoli en un River 5 – Polonia 4 del cual aún hoy, 38 años después, se sigue hablando.

Aquellos viejos partidos de verano que de amistoso no tenían nada

De amistosas aquellas noches no tenían nada. Eran todos clásicos. Todos duelos con rivalidad e historia. El River-Boca del verano era un atractivo nacional y nadie quería estar ausente. Estadios llenos, entradas agotadas y recaudaciones millonarias le daban el contexto adecuado a un mes donde el fútbol subía su temperatura acorde al calor de esa etapa del año.

Entrenadores que fueron despedidos por alguna derrota dura o la decisión de buscar refuerzos tras un mal partido. Muchas veces importaba más un resultado en un clásico de verano que la primera fecha del torneo oficial. Algo solo entendible en esa pasión por los colores y el folclore que tienen los hinchas argentinos.

2006, el verano de los cuatro técnicos en River

Dentro de tantos veranos importantes hubo uno muy particular para River que fue el del año 2006. El verano de los 4 entrenadores. Si. Leyó bien. El equipo hizo la pretemporada y salió a la cancha con cuatro técnicos diferentes. La historia fue así. Se venía de un 2005 donde aparecieron los primeros síntomas de una etapa oscura que se iba a venir en un fúturo no tan lejano. Llegaban al club apellidos sin status para ponerse esta camiseta. Jugadores que fueron refuerzos en River vaya uno a saber por qué motivo.

Leonardo Astrada

Lo cierto es que Mario Israel (dirigente importante en esos dias) decidió cambiar el perfil del plantel y apostar por futbolistas “terrenales”. Así fue como se sumaron Leonardo Talamonti, Gabriel Loeschbor, Andres San Martin, Cristian Alvarez, Leandro Fernandez, Jhonatan Santana, Gustavo Oberman y Diego Galvan. Lo que era de imaginar sucedió. A las pocas semanas y tras un mal arranque se tuvo que ir Leo Astrada.

Reinaldo Mostaza Merlo

Ahí fue Jose María Aguilar quien decidió que el nuevo DT tenía que ser Reinaldo Merlo. “Mostaza” es un referente y un tipo muy querido. Venía de hacer historia grande en Racing pero tenía una idea sobre el juego que a la gente no la seducia. Su estilo defensivo más la escasa jerarquía del plantel, formaban una bomba que no tardaría en estallar. Y fue Marcelo Gallardo quien la detonó.

Mostaza dirigió a River en dos etapas: 1989/90 y en 2005, en la antesala del escándalo con Gallardo.

El episodio Gallardo vs. Mostaza Merlo

Apenas tres meses después de que asumiera Merlo y con un equipo que no encontraba el rumbo, el ciclo llegó a su fin. Todo sucedió en Mar del Plata tras un 0 a 0 horrible con San Lorenzo el 8 de enero de 2006. La pretemporada venía siendo mala, los ensayos no entusiasmaban y aquel primer partido fue la gota que rebalsó el vaso. El Muñeco era un símbolo de una época gloriosa que parecía desaparecer. La bandera de un estilo representativo que no se observaba por aquellos días.

Su manera de pensar consideraba que River se apartaba de su camino histórico y tomo una decision esa misma noche: de esta manera él no continuaba. Lo converso primero con sus compañeros Victor Zapata, Oscar Ahumada, Ernesto Farias y Daniel Montenegro para luego golpear la puerta de la habitación de Merlo. “Quiero decirte que no me gusta la manera en la que estamos entrenando y que no me siento cómodo con tu propuesta futbolistica; por eso tome la decision de abandonar la pretemporada y dejar River“, fue la frase al hueso del capitán.

La respuesta del DT no se hizo esperar. “¿Este es un pensamiento tuyo individual o también me estás transmitiendo un mensaje grupal?”. El 10 expresó que hablaba solo por él y que no venía a exponer a ningún compañero pero que si tenía alguna duda dialogará directamente con ellos. Merlo agradeció la sinceridad y se despidió para volver a su habitación. Solo permanecería unos minutos.

Marcelo Gallardo actualmente dirige al Al Ittihad y siempre evitó hablar del episodio con Merlo.

Su reacción inmediata fue llamar a un periodista amigo para contarle lo sucedido y conocer su opinión. Este lo citó urgente en el lobby del Hotel Sheraton donde estaba alojado y “Mostaza” sin importar que fueran las tres de la mañana se tomó un taxi para ir a su encuentro. La reunión se estiró hasta la aparición del sol y Merlo volvió al hotel de River con una decisión tomada: sería él quien abandonara el club.

Merlo pega el portazo en plena pretemporada

El precio de continuar sin el ídolo ni el respaldo del plantel era muy caro y podía trasladarse rápidamente a la tribuna si el equipo no funcionaba ni conseguía resultados. Por eso lo llamo a Aguilar para informarle su situación y empezó a armar las valijas. El revuelo fue enorme. El presidente de River le pidió que no tomara ninguna decisión apresurada, que viajaba inmediatamente para Mar del Plata y solucionaba el tema con Gallardo. El ex 5 no hizo caso.

La noticia fue primicia del periodista amigo y ya rebotaba en todos los medios. No hubo forma de revertir la decisión y Merlo se terminó yendo. Pero lo que no terminaba era el lío. El Muñeco sintió que lo expusieron y lo dejaron mal parado ante la gente. Por eso transmitió su decisión de rescindir el contrato que lo unía al club. Aunque eran días soleados en Mar del Plata, a la dirigencia le llovían problemas por todos lados. Se quedaban sin DT en plena pretemporada y perdían al ídolo antes de empezar el Torneo y la Copa Libertadores.

Jorge Ghiso

Mientras trataban de apagar los incendios, River debía jugar su 2do compromiso de verano frente a Independiente. Fue el 11 de Enero y el equipo salió a la cancha sin el 10, sin Merlo y con Jorge Ghiso como DT. “Vitrola” era un ex jugador del Club en la década del 70 y el entrenador vigente de la reserva. Fue el elegido para continuar con los trabajos hasta que se contratara a un nuevo Técnico. El clásico con el Rojo fue derrota 2 a 1, con un público de River que expresó su enojo por la realidad que se vivía.

Llega Daniel Passarella al banco de suplentes

Este resultado aceleró los plazos y Aguilar decidió atender los reiterados llamados que tenía por esos días en su celular. Era Daniel Passarella. El ex capitán de la Selección Argentina tenía una amistad con el Presidente de River y cuando se enteró de la renuncia de Merlo se ofreció insistentemente para ser su sucesor. Si bien no lograba consenso en la intimidad dirigencial, la urgencia de tener un nuevo entrenador y dejar atrás todos los problemas hizo que Aguilar decidiera darle a Passarella el cargo que ocupó desde el ’90 al ’94.

Passarella fue primero técnico de River y luego llegó a ser presidente.

Sin embargo, la paz no aparecía en el horizonte de River. Tras solucionar el tema Gallardo y lograr que el 10 finalmente se quede en el plantel, al presidente le aparecía un nuevo problema impensado: Passarella quería que Gallardo se fuera. Lo llamó desde la Ruta 2 mientras viajaba a Mar del Plata para empezar su segundo ciclo como entrenador y le dijo: “José sabiendo los vínculos que yo tengo con Marcelo, el periodismo va a pensar que fue todo armado por mi para que se vaya Mostaza y yo sea el nuevo técnico. Si limpio a Gallardo desactivo todo eso y de paso tengo un gesto con Merlo para que no crea que le serruche el piso”.

Aguilar escuchaba eso y se volvía loco. Para él Gallardo era un intocable y de solo imaginar los problemas que le generarían su salida utilizó todos sus recursos oratorios para influenciar a Passarella y que arribe a La Feliz con esa idea totalmente anulada. El 15 de enero River volvió nuevamente a la cancha y nada menos que para enfrentar a Boca. Si había algo que ese momento no necesitaba era un Superclasico. Aquella noche fue el puntapié inicial de Daniel Passarella que se convertía en el tercerntrenador que utilizaba River en aquel verano.

Debut de Passarella con caída ante Boca y Pitarch al mando

Fue derrota 3 a 2 y el equipo formó con Lux, Ferrari, Talamonti, Fernández y Domínguez, Santana, San Martín, Zapata y Gallardo, Oberman y Montenegro. Noche caliente en el Minella por una derrota que siempre duele por más que sea en el verano, porque la barra agredió verbalmente a Gallardo y porque Passarella después del partido optó por interrumpir todo lo planificado y volverse con el plantel a Buenos Aires. Se venía el campeonato y la Copa Libertadores. River jugaba tempranamente porque estaba en zona de repechaje y debía ganarle a Oriente Petrolero para meterse en la fase de grupos.

La gente de River en aquel clásico ante Boca en Mar del Plata.

Y aunque aún quedaban 2 partidos de verano por jugar, la estadía en Mar del Plata ya era un caos con un hotel desbordado de gente, periodistas y dirigentes. Por eso Passarella anticipó el regreso y dejó a su colaborador Hector Pitarch al frente de un grupo de jugadores para disputar el calendario veraniego pendiente. Y así fue como el 20 de enero enfrentó a Racing con un equipo alternativo: Carrizo, Alvarez, Loeschbor, Gerlo y Mareque; Barrado, Domingo, Toja y Patiño; Conca y Oberman. Fue triunfo por 3 a 1 con dos goles del colombiano Jairo Patiño y uno de Loeschbor cumpliendo la ley del ex. Aquel encuentro representó la primera victoria de River en el verano 2006 y sucedió con el 4to entrenador que dirigía al equipo en aquellos partidos.

Y como a veces las cábalas en el fútbol existen, se decidió repetir el entrenador en el último amistoso de pretemporada. Esta vez en Salta y otra vez contra Boca. Aunque lo real era que Passarella no queria otra derrota contra el clásico rival que agigantara esa sombra negra que lo persiguió en los superclásicos durante su primera etapa. Se designó a Pitarch otra vez como el DT de River y se dio la victoria deseada.

Fue por 3 a 0 y resulto la mejor actuación de todo el certamen provocando un cierre feliz a un verano explosivo en el cual River tuvo 4 entrenadores diferentes: Merlo vs San Lorenzo, Ghiso vs Independiente, Passarella vs Boca y Pitarch vs Racing y Boca. Algo realmente poco serio. Hasta insólito mirado con los ojos de hoy pero que fue una realidad de un River que lamentablemente ya empezaba a mostrar esos síntomas negativos que lo llevarían a vivir la peor etapa de toda su historia.