Moira Zaldúa tiene 53 años y aún no cree el presente que ella, su marido y, sobre todo Gianfranco Ledestre, su hijo mejor, viven en Miami donde el joven es el capitán de River en la Messi Cup, el torneo de Lionel Messi en el que el Millonario debutó ayer con un empate ante el Barcelona y se medirá contra otros gigantes como el Manchester City y el Inter de Milán.
Los Ledestre no pueden creer lo que viven, pero es real. Tan real como cuando Gian tenía siete años, lo vieron de River y le ofrecieron quedarse en la pensión. La familia es de Lincoln, pero por circunstancias laborales de su padre, el chico nació en Río Tercero, Córdoba. Allá, acá o en donde sea, Gianfranco no está solo. A su lado, bien cerca, siempre están sus padres. Es el décimo de 10 hermanos, pero tiene una ventaja: “Es el más chiquito de todos y nació cuando nosotros ya éramos grandes. Por eso dejamos todo y lo acompañamos siempre adonde sea”, dijo Moira a La Página Millonaria, donde contó la historia del pibe, su pasado y presente en River, sus sueños y las características que lo llevaron a ser referente y capitán con solo 15 años.
Están en Miami acompañando a Gian. ¿Cómo viven esta experiencia?
-Ay… no lo puedo ni describir. Muy orgullosa de poder acompañar a Gian con mi esposo, Dios mio. Nosotros somos de Lincoln, pero nos fuimos hace unos años a Capital para acompañarlo a él porque yo no lo quise dejar en la pensión. Te imaginás, el tan solo hecho de recorrer todo el país con él para acompañarlo cuando juega, después jugó la Copa Evolution con la Selección, nos fuimos a Paraguay y ahora venir a Miami… Yo le digo a mi esposo: “Ay, amor, esto es una cosa insólita que tenemos que disfrutar”. Ayer cuando estábamos en el estadio del Inter de Miami me parecía que me iba a morir.
¿Cómo es la historia de Gianfranco?
-Somos una familia ensamblada. Cuando conocí a Oscar, mi esposo, él era viudo con cuatro hijos, yo me divorcié con cinco y después llegó Gianfranco, el único hijo en común. Siempre digo que somos los tuyos, los míos y los nuestros. Cuando Gian nació, por cuestiones laborales de mi marido, que toda su vida fue camionero de La Serenísima, estábamos en Río Tercero, Córdoba, y ahí nació él.
¿Y desde cuando juega al fútbol?
-Gian juega al fútbol desde chiquito. Vivía con la pelota pateando en casa y cualquier persona que venía él le decía “¿vamos a jugar unos pases?” Tenía locura, devoción por la pelota y bueno, ya en edad de jardín lo llevamos a un club que estaba a la vuelta de casa, el Juventud Unida y ahí empezó a jugar. Creemos que tal vez Gian heredó la pasión de Oscar, mi marido, que jugó en el Linqueño.
La llegada de Gian Ledestre a River
Moira recordó: “Ya en ese momento Santi Alonso, que es un veedor de River y es amigo de uno de mis hijos, lo vio a Gian en un Mundialito que se jugó en Sarmiento de Junín y nos propuso llevarlo a una prueba. Nuestros hijos nos decían “llévenlo, llévenlo” y bueno, no sabés lo que fue…. Lo llevamos y en 15 minutos metió tres goles. El DT ahí dijo: “No se va más de acá” y yo dije: “¿De dónde no se va más? Devuélvanme al chico”, les decía yo porque era chiquitito y me daba terror”.
“Bueno, ahí hablamos para ver qué hacíamos porque Gian tenía siete años y yo no lo dejaba en la pensión ni loca. En febrero de 2018, un mes después de cumplir 8 años, se vino a River. Hace ya siete años que está en el club. Nosotros viajamos dos años de viernes a domingo. Los viernes nos veníamos a un hotel, él entrenaba los viernes en Hurlingham, los sábados jugaba con Parque Chas para River y el domingo jugaba la Liga con River. Cuando terminaba eso nos volvíamos a Lincoln”.
“Ya pasado ese tiempo me habla el coordinador de River y me dice que Gian ya tiene edad como para quedarse en la pensión y nosotros dejar de viajar tanto y yo fui directa: “Ni en pedo, ni loca lo dejo”, le dije. Para entonces hacía seis meses que un representante lo seguía, que lo quiero nombrar, se llama Tomás Deluca, porque él se portó increíble con nosotros. Nos dijo que no quería firmar nada porque Gian era muy chiquito, pero que quería estar con él y nos consiguió un departamento en Capital y nos daba un viático para movernos. Tomás se termina yendo a trabajar al exterior, de hecho hoy trabaja con Thiago Almada, por ejemplo, y ahí fue increíble porque me llamó todo el mundo de los representantes para trabajar con mi hijo. Nosotros no teníamos ni idea y es un mundo difícil ese, hasta que hablamos con Guido Barletta, que es un chico muy responsable, y siempre nos decía que si un día lo necesitábamos, él iba a estar. Hablamos con Gian, le preguntamos, sabíamos que Guido ya trabajaba con otros chicos de River y bueno, lo llamé y le dije que habíamos resuelto en familia y por pedido de Gianfranco, que él lo represente. A partir de ahí viví cuatro años frente a la cancha de River y todos los días lo acompañaba a cruzar la calle para ir a la escuela y a tomar el colectivo cuando iba a Hurlingham. Cuando podía también me llevaba a casa a los chicos de la pensión que se quedaban solos, si hasta Tito, el histórico responsable de la pensión de River siempre me decía “Moira, vos tenés que venir a trabajar con nosotros”.
¿Qué es River?
–River es el mejor lugar que pudimos haber elegido para Gian. Lo mejor, lo mejor. Porque como institución es gigante, como formación todos ahí son un amor, los profesores, los trabajadores, los cocineros, todos preocupados por los chicos.
¿Qué importancia le dan en la familia a los estudios de Gianfranco?
-Toda. Cuando él estuvo 40 días con la Selección se había atrasado bastante en el colegio y nosotros estábamos preocupados. Cuando volvió de Paraguay hablamos con él para ver cómo hacíamos y él mismo, por todo lo que siempre hablamos, me dijo: “Vos no te hagas problema, mi gorda bella”, porque él me dice así. “Vos no te hagas problema que yo en 15 días me pongo a estudiar, a presentar los trabajos”, y no sabés, rindió todo con 8, 9 y 10. Una locura. Porque encima de todo él es dulce y demostrativo.
Cómo juega Gian Ledestre
Gianfranco ya se ha definido como jugador: “Soy habilidoso y simple, que se asocia con los volantes y mete asistencias a los delanteros. Me gusta tener la pelota y hacer jugar al equipo. Y llegar a posición de gol”.
Pero también lo describe Moira, en completo modo madre: “Él es un pulpito, corre, va, viene, asiste, ayuda, tiene como un aura que en las peores situaciones saca algo de la galera para para salir adelante y que el equipo no se estanque y bueno, sin ir más lejos, el día que jugaron contra Tigre, que si no ganaban se quedaban afuera, faltaban siete minutos y no pasaba nada hasta que él hace una jugada de locos y hace el que todos dicen que fue el gol del campeonato, porque ese triunfo les permitió seguir en carrera y después salieron campeones los de la Novena. Hasta el Chori Domínguez lo felicitó por ese gol”.
La capitanía de Gianfranco Ledestre en River
El juvenil fue elegido por sus compañeros de categoría para llevar la cinta. Primero en Novena y ahora en Octava División. Con pleno orgullo, su mamá expresó: “Él es un chico muy maduro que tiene en cuenta a todos en el grupo. Por ejemplo, él ya juega en AFA, pero todos los domingos va a ver a los chicos de la Liga y nosotros lo acompañamos. Vamos todos los domingos. Con esa forma que él tiene de ser referente, de estar, de acompañar y de incentivar a los otros chicos se ha ganado el reconocimiento”.
Y sigue: “Te digo más: Santiago David y Nico Pasú, que son el Coordinador del Fútbol Formativo y el psicólogo de River, que aunque él no hablaba por timidez, era un líder silencioso. Lo que pasó es que cuando lo eligieron como capitán hizo un cambio rotundo, logró una madurez impresionante. Yo cuando lo escucho hablar ahora no lo puedo creer”.
Un avión a Miami: se viene la Messi Cup
Moira recordó cómo supo que su hijo jugaría la Copa de Lionel Messi. Una vez campeones de la Novena, comenzó a dar vueltas el rumor de que la categoría iba a jugar un torneo en el exterior. Entonces la mujer fue a hablar con los coordinadores de River y les preguntó directo: “¿Cómo es eso que dicen de que los chicos van a ir a jugar afuera?“, dije y ahí me confirmaron que sí, que iban a jugar la Copa Messi en Miami. No, yo no lo podía creer. Yo digo que Gian, que llegó a nuestras vidas cuando nadie lo esperaba, nos ha bendecido. Con su personalidad y con todo lo que nos ha hecho y nos hace vivir. Él es el más chiquito de todos nuestros hijos y nosotros pensamos acompañarlo a todos lados”.
La divertida anécdota de los padres de Gian Ledestre
“Y bueno, ahí hablé con Guido, que ya era el representante, y él nos ayudó a hacer los pasaportes para viajar a Estados Unidos. Fue a fines de noviembre y yo lloraba como una loca. Cuando estábamos en la Embajada nos preguntaban quiénes éramos nosotros y qué parentezco teníamos con Gian, porque fuimos los tres. Le decíamos que éramos los padres y claro, ¡nos miraban raro porque nos veían viejos! ¡Si somos los padres más viejos de la categoría!, dice y se ríe. Y Gianfranco ahí les decía: “Son mis papás, son grandes, pero son mis papás”, decía él. Y ahí nomás nos aprobaron la visa”.
Conocer a Lionel Messi
¿Cómo fue la experiencia de hablar con Messi?
-Ufff no sabés… Estaba como loco. Él siempre dijo que sus sueños eran jugar en River, en el Barcelona, en la Selección y conocer a Messi. Y ayer cuando lo conoció me decía: “Mamá, le toqué la mano y le dije que estaba feliz de conocerlo. Creí que me iba a morir. Yo ya cumplí uno de mis sueños. Me temblaban las piernas”.
¿Qué les dijo?
–Que era una alegría que estuvieran ahí, les dijo que tenían que disfrutar porque eran cosas que se vivían muy pocas veces, que ellos eran privilegiados por estar en esa situación. Fue una emoción tremenda. “Mami, ya lo conocí, hablé con él, me voy a morir”. Y nosotros le decíamos lo mismo: que tiene que disfrutar, que no hay que pensar más allá, sino vivir el momento, y él siempre nos dice que él está orgulloso de nosotros. No… ¡lo que yo lloro!
¿Y qué te pasó ayer cuando lo viste entrar al estadio con la cinta de capitán?
-Sin palabras. Yo pensaba: “¿Qué hace acá este chico? Estaba paradito ahí y a mí se me partía el pecho de la emoción. Yo pensaba en todo lo que ha hecho, lo que se ha bancado, lo decidido que está en cumplir lo que quiere. Estaba ahí con una postura tremenda, amor, de mi alma, se lo re ganó. Vos imaginate que yo tengo 53 años y mi marido tiene 63, somos grandes. Yo lo miraba a Oscar, que se le caían las lágrimas, y teníamos tantas emociones que yo decía “ay, no, nos vamos a morir acá”. Estábamos en un estadio único, nos dieron un lugar privilegiado y credenciales para estar ahí, ¡y estábamos viendo a Messi! Una belleza, todo una belleza.
¿Hablaste con él después del partido?
-Sí. Cuando los chicos terminaron de jugar vinieron todos a saludarnos y a decirnos que era increíble lo que habían vivido. Lamentablemente no pudieron ganar. Estaban 2 a 1 y el Barcelona lo empató al final. ¡Pero no perdieron contra el Barcelona! Nunca soñamos nada de todo esto, es imposible imaginar. Pero estando en River, claro, todo es posible porque la formación es única no solo en lo deportivo, sino como personas. Si bien yo estoy segura de Gian es espejo nuestro, de la familia, en River son unos señores y también les enseñan a serlo”.
El sacrificio paga
-“Yo soy pensionada y Oscar es jubilado de La Serenísima. River a Gian le da un viático para sus cosas y su alimentación y a nosotros nos alcanza con lo que tenemos después de trabajar toda la vida. Nosotros no tenemos nada, ni para herencia, vivimos tranquilos, pero sin lujo. Nuestro tesoro son nuestros hijos y la confianza que tenemos con ellos. A Gian siempre le hablamos y le decimos: No te subas a ningún pony, no sea cosa de que te caiga y te lastimes feo. Esto es un trabajo, todo parte de lo que hay que hacer para llegar a Primera. Trabajo y sacrificio. Y él lo hace. Se levanta a las 6:10 de la mañana, se va y vuelve a las 19:15 o incluso a las 20:30 otros días cuando va al gimnasio adicional o al osteópata”.
Enfocado
-“Por ejemplo, cuando volvimos de Paraguay merendamos todos juntos y él ahí nos dijo. “Bueno, hasta acá llegó la Selección, yo mañana voy a jugar con River porque yo tengo que salir campeón”. Nosotros nos mirábamos con mi marido y pensábamos qué le pasa. Y eso hizo: al otro día arrancó con River, se cambió el chip y salieron campeones”.
¿Cuál es su sueño?
-“Jugar en la Primera de River. Él siempre dice: “Yo sueño con debutar en la Primera de River”. Él tiene como referente a Julián Álvarez, lo ama. Y le copia cosas, movimientos… Y en River le dicen el mini Julián… jajaja“.
¿Y el sueño de ustedes?
-“Seguir acompañándolo y verlo disfrutar como lo hace. Nosotros no vamos a estar orgullosos de Gianfranco si él alguna vez llega a la Primera. Nosotros ya estamos orgullosos de él“.
Quién es Gianfranco Ledestre
- Nombre y apellido: Gianfranco Ledestre
- Fecha de nacimiento: 5 de enero de 2010
- Lugar: Río Tercero, Córdoba
- Edad: 14 años
- Peso: 52 k
- Estatura: 1,65 m
- Perfil: derecho
- Puesto: volante ofensivo
- Categoría: Novena División.
Cuándo vuelve a jugar River en la Messi Cup
- Miércoles 10 de diciembre: River vs Manchester City
- Jueves 11 de diciembre: River vs Inter de Milán.
