Al igual que a lo largo de todo el Torneo Apertura, la defensa de River volvió a mostrar fragilidades ante Estudiantes y el Millonario sufrió más de la cuenta en su propio arco. Un rendimiento preocupante que tiene a Marcos Acuña como una de las principales alarmas para Marcelo Gallardo.
Lejos del nivel que mostró cuando llegó en agosto desde el Sevilla, el Huevo no logra levantar su rendimiento y River sufrió especialmente por su sector en cada partido que disputó del Torneo Apertura.
Los malos números de Acuña
Tal como se vio en el primer gol de Estudiantes, la espalda de Acuña es uno de los puntos más vulnerables del equipo. Sus estadísticas son un llamado de atención: promedia menos de una intercepción por partido (0.7) y, cuando lo encaran, recupera la pelota en apenas el 50% de las situaciones. Además, ni siquiera llega a completar un despeje por encuentro.
Su merma en el rendimiento también se nota en la faceta ofensiva: apenas un 50% de duelos ganados, 15 pérdidas de pelota por partido y un 80% de precisión en pases. Cifras que explican por qué River sufre tanto por su sector.
Acuña y un problema físico que lo condena
A lo largo de su carrera, Acuña se destacó por su resistencia física y su constante ida y vuelta, aportando tanto en defensa como en ataque. Sin embargo, en este 2025 parece no poder completar ambas funciones con la misma intensidad.
Cansado, a destiempo y hasta falto de reacción en algunos tramos, el Huevo está jugando en promedio 72 minutos por partido en lo que va del torneo. Un dato llamativo, ya que Gallardo rara vez rota a sus defensores durante un encuentro, salvo que sea estrictamente necesario.
