Vamos a empezar por lo importante y positivo de la actuación de anoche en La Plata. River volvió a ganar y sumó 3 puntos vitales para acercarse a la Copa Libertadores del 2025. Se valora mucho la victoria porque la consiguió ante un rival difícil y en un escenario que siempre es complicado.

Era un triunfo necesario para dejar atrás la pésima imagen de Mendoza y estirar la diferencia en la tabla anual a 6 puntos de su inmediato perseguidor, que después del golpazo recibido por Copa Argentina, no le queda más que hacer cuentas para ver si llega o se queda afuera del bolillero por segundo año consecutivo. Por eso era fundamental no seguir dejando puntos en el camino y mantener este lugar en puestos de clasificación.

Franco Armani, figura absoluta

Continuando con la intención de remarcar los aspectos positivos es obvio mencionar el nivel superlativo y determinante del 1. Franco Armani fue factor fundamental para que River pueda terminar ganador en este duelo frente a Estudiantes de La Plata. Atajó todo desde el primer minuto hasta el último. Construyó con intervenciones sensacionales una actuación descomunal para sostener al equipo en la victoria. Tapó mano a mano. Remates desde afuera. Descolgó centros. Solucionó errores de sus compañeros y hasta atajó un penal en un momento clave para poder seguir arriba 2 a 1.

Cuando un arquero es la figura trascendental de un partido corresponde resaltarlo porque todo equipo con pretensiones importantes debe tener en ese puesto a un jugador que mantenga un rendimiento individual elevado. Ese es el vaso medio lleno. El medio vacío nos indica otra realidad. Cuando un arquero se destaca tanto como lo hizo Armani ayer, describe a un equipo que fue superado y a un sistema defensivo que no ofreció garantías. Y en eso anduvo River.

No fue una noche fácil. El equipo fue una ráfaga ofensiva de apenas 10 minutos con una contundencia fantástica que le permitió hacer 2 goles en 2 llegadas. Facundo Colidio y Maxi Meza definieron de gran forma las buenas jugadas colectivas elaboradas por sus compañeros. Sin que haya pasado demasiado en el partido, River ya se ponía 2 a 0. Era algo impensado por donde se lo mire. La derrota y el rendimiento frente a Independiente de Mendoza estaban muy frescos como para imaginar que River podía tener una reacción como la que mostraba en ese inicio.

Franco Armani fue el héroe en La Plata.

Buenas intervenciones de Manu Lanzini e interesantes participaciones de Maxi Meza, le dieron al equipo juego y movilidad en ese arranque demoledor. Lamentablemente duró solo ese ratito. El equipo se fue apagando con el correr de los minutos. Pudo mantener la ventaja en esa primera mitad con algo de entusiasmo y espíritu de lucha pero habia bajado su nivel de juego y empezaba a costarle el trámite. Esa sensación se profundizó en la segunda etapa. Lo peor vendría después del entretiempo.

El complemento volvió a reflejar el inestable momento futbolístico que atraviesa el equipo. Fue superado claramente. No tuvo la pelota. No marcaba. Aguantaba cómo podía ante un Estudiantes que iba y hacia méritos para cambiar el resultado pero chocaba siempre con la muralla vestida de verde. Le costó demasiado ese tramo de partido. No había respuestas adentro ni tampoco afuera. Los cambios que ingresaron no lograron mejorar nada. Apenas alguna corrida del Pity para darle respiro al equipo consiguiendo alguna falta y algún remate aislado de Miguel Borja. Nada más.

Después era mirar el reloj y desear que los minutos pasaran más rápido de lo habitual. Por eso el festejo del final. Desahogo puro. Era expresar con el triunfo asegurado la euforia contenida tras sufrir todo el ST. River tuvo un resultado positivo en una noche que desde el análisis y las conclusiones futboleras puede dar un saldo negativo.

Marcelo Gallardo afirmó en conferencia de prensa algo parecido al decir que necesita que termine el año de manera urgente para poder iniciar un ciclo nuevo. Con una renovación anímica, física y es de imaginar que también de plantel. Se necesita un recambio urgente que represente un salto de calidad y jerarquía para que el 2025 no se parezca ni en rendimientos ni en resultados a este 2024 que no vamos a extrañar.

A quien si se extraña es a Enzo Pérez. Cada vez que River lo enfrenta aparece esa sensación de nostalgia por ver a un ídolo propio con camiseta ajena. El abrazo con Gallardo provoca en la gente la ilusión de verlo otra vez con la banda roja. Si Enzo quiere regresar, seguramente el Muñeco le abrirá las puertas de River. Es justo y merecido para un verdadero símbolo de este Club que pueda retirarse con esta camiseta. Su decisión de ir a Estudiantes no pareció acertada.

Hoy su vigencia futbolística le permite tener la posibilidad de modificar aquel error. No volvería solo por el apellido y su pasado glorioso. Hoy tiene un presente con argumentos futbolísticos sólidos para poder seguir aportando dentro de la cancha. Nunca en todo el año se encontró su reemplazante. Por distintos motivos ni Matías Kranevitter, ni Rodrigo Villagra ni tampoco Nicolás Fonseca pudieron adueñarse de su puesto. Y si bien es cierto que en la próxima temporada el calendario le marcará 39 años, aún da la sensación cada vez que lo vemos jugar a Enzo que todavía le queda cuerda para dar algo más.

Está claro que Pérez no será la solución definitiva para este River. El DT y la Dirigencia deberán reforzar con otros apellidos y con mas jerarquía, algunas posiciones que piden a gritos caras nuevas. Un central zurdo, un lateral izquierdo, un volante mixto, un volante ofensivo, un extremo que pueda jugar por ambas puntas y un delantero importante parecen ser los puestos en los que River tendrá que mejorar lo que ya tiene. Se necesitan jugadores que rompan el molde y no que solo cumplan. Que sean continuos en un nivel acorde a River y no esos que juegan bien 3 partidos y desaparecen 5. Que estén plenos físicamente y con un presente deportivo destacado que le permitan llegar y jugar.

Estamos finalizando una temporada de sabor amargo por no haber ganado algo importante. La sensación que nos queda es que no tuvimos un plantel a la altura de lo que se precisaba. El diagnóstico parece claro. Ojalá no se equivoquen con la medicación.