La conquista de la Copa Libertadores de 1986 le permitió a River entrar en el selecto grupo de clubes campeones de América. Por su parte, le dio al Millonario la posibilidad de disputar la Supercopa Sudamericana, competencia que dejó un buen recuerdo (la consagración en 1997) y uno malo (la caída ante Cruzeiro en el 91) en Núñez.

En aquella primera edición de 1988, el Más Grande había logrado alcanzar la semifinal. En los dos años siguientes, River quedó eliminado en octavos de final, la primera ronda del certamen. Para la edición de 1991, Daniel Passarella, director técnico en ese entonces, tenía un muy buen equipo, pese a lo cual el Millonario no pudo quedarse con el título.

El recuerdo de Juanjo Borrelli

En una entrevista exclusiva con La Página Millonaria, el histórico mediocampista revela que “la final que perdimos con Cruzeiro no me la olvido”. En ese sentido, Juanjo comenta: “Habíamos hecho un enorme partido en el Monumental, tendríamos que haber terminado tres o cuatro a cero. Fuimos confiados allá a Brasil”.

En la vuelta, el conjunto brasileño se impuso con autoridad y no solo dio vuelta la serie, sino que pudo haber goleado por más diferencia aún. “Si no estaba bien Comizzo ese día, terminaba peor la situación porque los brasileños volaban. No podíamos reaccionar, agregó Borrelli, quien convirtió tres tantos en aquella edición.

“Es inolvidable porque venía llorando en el avión, no podía asimilar lo que había pasado. Menos David, falló todo. Sentíamos un cansancio en las piernas… la cancha no terminaba más. Una cosa inexplicable, fue el partido en el que peor la pasé en mi vida. Teníamos un equipazo”, concluyó Juanjo en diálogo con La Página Millonaria.

River en la Supercopa Sudamericana de 1991

El CARP inició su camino en los octavos de final instancia en la que tuvo que enfrentar a Gremio. Tras la igualdad en ambos partidos, River logró imponerse por penales en Brasil. En los cuartos de final, los de Passarella tuvieron que enfrentar a otro club brasileño: Flamengo. Al igual que en la ronda anterior, el Millonario avanzó por penales.

En semis, el conjunto de Núñez goleó a Peñarol (2-0 en la ida y 3-1 en la vuelta) para, de esa forma, meterse en la gran final. Del otro lado estaba Cruzeiro, quien había sido campeón en la primera edición del certamen y venía, al igual que River, de quedarse en la primera ronda en 1990.

El partido de ida se disputó en el Monumental y tuvo al Millonario como gran vencedor. Gracias a los goles de Guillermo Rivarola y Jorge Higuaín, el equipo de Pasarrella se impuso por 2 a 0 y quedó con una muy buena ventaja para definir la serie en Brasil. Sin embargo, nada salió como lo planeado en territorio belo-horizontino.

En el segundo duelo de la serie, disputado una semana después del primero, Cruzeiro consiguió imponerse por 3 a 0 y, de esa forma, consagrarse campeón. Aquella final perdida será siempre una espina clavada en la historia de River. Tal es así que, a día de hoy, Juanjo Borrelli, protagonista de la misma, la recuerda.

La conquista de 1997

Para 1997, Borrelli estaba de regreso en River después de su paso por Panathinaikos y Real Oviedo. Sin embargo, Ramón Díaz, por entonces DT del equipo, no lo quería en su plantel. A pesar de ello, Juanjo formó parte del plantel campeón de la Supercopa Sudamericana de 1997 frente a Sao Paulo, por lo que se sacó la espina de lo sucedido en 1991.

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