Boca necesitaba de un milagro para clasificar a los octavos de final del Mundial de Clubes 2025. Su parte consistía en golear al Auckland City de Nueva Zelanda, un equipo semiprofesional y cuyos jugadores tienen otros trabajos. Uno de ellos, Christian Gray, convirtió un gol y festejó como Sebastián Driussi.
El defensor se impuso en la altura y conectó de cabeza un centro desde un córner ejecutado desde la derecha para marcar el empate parcial 1-1. Resultado que deja eliminado a Boca del Mundial de Clubes. Es decir, no cualquier gol. Y encima, para el colmo bostero, Gray hizo la tradicional celebración de Driussi, esa que sufrieron en primera persona en el Superclásico que perdieron 2-1 en el Monumental.

Gray, al igual que los demás jugadores del Auckland, tienen otras profesiones más allá de jugar al fútbol, ya que en Nueva Zelanda no es un deporte profesional. En el caso del goleador de turno, se desempeña como profesor de una escuela, algo que rápidamente fue tomado con humor en las redes para cargar a Boca. De hecho, hasta se supo que pidió licencia en el colegio para poder viajar a Estados Unidos.