River fue un monólogo durante el primer tiempo ante Estudiantes de La Plata pero la superioridad futbolística no pudo ser perfecta: en el tramo final, Lucas Martínez Quarta vio la segunda amarilla por dos faltas en cuestión de minutos y se fue a las duchas antes de tiempo, exactamente a los 39 minutos.
En la primera tarjeta, el juez Nicolás Ramírez lo amonestó, sin protesta alguna de parte del jugador, por una patada a destiempo sobre Amondaraín para cortar un avance del Pincha. Bien amonestado. Unos minutos después, MQ saltó para tratar de ganar un duelo aéreo sobre Sosa, apenas le apoyó el codo en el cuello y el árbitro, bastante estricto, le mostró la segunda amarilla.
Marcelo Gallardo se rio con ironía en el banco de suplentes al ver que Ramírez alzó la tarjeta roja, disconforme con la decisión. Si bien Martínez Quarta coquetea todo el tiempo con el error y no es la primera vez que se hace expulsar en un momento clave del partido, la segunda tarjeta mostrada por el árbitro parece algo exagerada.
Más allá de eso, es innecesaria su vehemencia a la hora de barrer o intentar cortar los avances rivales. Ya había visto la roja en el Mundial de Clubes frente a Inter de Italia, lo que le valió muchísimas críticas de parte de los hinchas. Ahora repitió su equivocación en el mejor momento de River en el encuentro. Fue su tercera expulsión con el Manto Sagrado.





