En un trámite de partido que era muy parejo, River encontró sobre el final del primer tiempo del Superclásico una ventaja que debe ser tranquilizadora. A los 41 minutos llegó el tan ansiado desequilibrio en el marcador favorable al Más Grande, donde el Millonario estaba manejando bien la pelota pero sufría mucho en defensa con pelotazos largos y aislados.
Después de una buena jugada colectiva de River por el sector izquierdo, y de varios rebotes, la pelota le quedó a Enzo Pérez afuera del área. El capitán buscó el arco y el remate se iba desviado, pero afortunadamente estaba parado justo Rondón en el lugar indicado para casi sin quererlo hacer que un rebote en su cuerpo termine en el arco de Romero.
Y sobre el final llegó la frutilla del postre, donde ni más ni menos que Enzo Díaz con ese nombre de pila volvió a silenciar la Bombonera con un zurdazo cruzado y sin arquero para la locura del festejo final que le dio el triunfo al Millonario.