Marcelo Gallardo llegó a River a mediados de 2014 y probablemente nadie se imaginó que iba a tener un ciclo tan exitoso. Pero sus éxitos no solamente se enmarcan estrictamente en lo deportivo, también dejó un legado impresionante respecto a varias cuestiones extrafutbolísticas como por ejemplo la mejora de la infraestructura y también la importancia de la neurociencia en el deporte, para esa área tuvo a la mejor: la doctora Sandra Rossi.
Rossi se entrevistó con Tiempo Argentino y contó cómo fue su llegada a River: “Marcelo se tomó su tiempo para analizarme. Lo conocí dos años antes de que sea entrenador de River. Teníamos reuniones periódicas. Él quería saber de qué se trataba. Pablo Dolce le había hablado de mí porque me conocía del Cenard. Marcelo iba, miraba los entrenamientos en el laboratorio, hablaba con los deportistas. Nunca improvisó. Se interiorizó sobre el tema.”
“Fue disruptivo. No había muchos registros de una mujer ocupando un cargo en cuerpos técnicos del fútbol argentino. Era un doble desafío porque, además, había que entrenar los distintos cerebros de los jugadores que constituyen un equipo. Tratar de sincronizar esos cerebros. Ese hermoso desafío de crear lo que llamo las combinaciones perfectas”, dijo Sandra Rossi.
“A la mente le encanta divagar. Estamos mucho tiempo fuera del tiempo presente. Lo que tratamos nosotros es conectar al futbolista con el día a día. Antes del partido contra Estudiantes, en el que salimos campeones de la Liga Profesional, ejercitamos el estar conectados con lo que está sucediendo ahora, porque es ahí donde uno piensa en el entrenamiento de hoy y en dar lo mejor de sí. Eso, como consecuencia, incrementa las posibilidades del éxito porque mejora la preparación previa del futbolista.”, afirmó Sandra Rossi, que actualmente se encarga del departamento de nuerociencia de River.
La identidad del jugador de River
“Estamos todos inmersos en la genética de esta institución. Desde su forma de comportarse dentro y fuera de la cancha, como su biotipo y sus condiciones cognitivas. Tener medidos a nuestros jugadores nos permite aspirar a una identidad futbolística y personal. Eso se respira en el club y atraviesa a la Primera, a la Reserva y a las inferiores.”, afirmó Rossi.
La doctora también contó cómo se aplica la neurociencia en las Inferiores: “El fútbol es un deporte extremadamente difícil. Nuestro cerebro no está tan desarrollado para ser tan exquisitos con el pie. Sí con las manos. Por eso, en la niñez se ponen en juego muchas conexiones neuronales para lograr tener esa habilidad. Mientras los chicos están en formación, el foco se dirige a su destreza técnica. A los juegos en equipo. Al fortalecimiento de sus conductas. A mejorar su atención durante la etapa escolar. Recién las variables de reacción o de campo visual las comenzamos a desarrollar en quienes llegan a categorías más avanzadas. Pero cuando son niños, debemos preservar su costado lúdico”.
Rossi y la impresión de Demichelis
“Martín es una persona muy inteligente y abierta. Preservó lo que había funcionado bien y al mismo tiempo le está dando al equipo su impronta personal. Está armando su propio camino pero respetando y no barriendo la estructura de la etapa anterior. Valoro mucho que no necesita demostrar excesivamente que es alguien distinto, con otras ideas y con otra cabeza. Para mí es su faceta más sólida”, dijo Rossi.