River está de fiesta. La alegría no se detiene ni se toma descanso durante un tiempo prolongado. Después de las tres caídas consecutivas al principio del año, el Millonario acumula 11 partidos oficiales sin perder, está en zona de clasificación a la Copa Libertadores 2020 y se ilusiona con pisar fuerte en Porto Alegre dentro de 16 días.

Mientras tanto no para de sumar en la Superliga, donde registra cuatro triunfos al hilo. La tarde de ayer sirvió para lograr un 3-0 contundente sobre Independiente. Semejante victoria provocó una fiesta Monumental, al compás de un aliento incesante que incluyó chicanas al rival de turno ("que nacieron hijos nuestros, hijos nuestros morirán") así como también a Pablo Pérez.

El mediocampista de pasado en Boca fue motivo de burla permanente. Nobleza obliga, se la bancó muy bien, sin devolución de gestos ni patadas que causaran su típica tarjeta amarilla. Cuando eran las 17.30 y fue anunciado por la voz del estadio, a cargo de la periodista Soledad Larghi, los hinchas estallaron al grito de "ponete el parche, la pu... que te parió".

Además, la estrofa mencionada se repitió en los segundos iniciales del partido, acompañada de una catarata de silbidos cuando el volante tomó contacto con el balón por primera vez. Luego el recuerdo por lo ocurrido el 24 de noviembre pasado siguió a través de "ponelo a Pérez, la pu... que te parió" y "a Pablo Pérez nunca lo vamo' a olvidar".

Como si fuera poco, al Rojo se le refregó el título de América al grito de "dale, campeón", mientras que al rival de toda la vida se le dedicaron dos melodías. "Un minuto de silencio para Boca que está muerto" y "el que no salta, abandonó" fueron las rimas destinadas a las inmediaciones del Riachuelo.

Sin embargo, también hubo espacio para la felicidad propia al ovacionar reiteradamente a Marcelo Gallardo mediante "Muñeeecooo", especialmente luego del ingreso acertado de Julián Álvarez. También existieron muestras de cariño para Ignacio Scocco ("olé, olé, olé, olé, Nacho, Nacho") tras su gol de penal y aplausos para los protagonistas de acciones puntuales. Así el mundo River vivió un domingo de fiesta.