River quiere conquistar América por cuarta vez en su historia. Consciente de que la Copa Libertadores se gana dentro y fuera de la cancha, Marcelo Gallardo no sólo apunta a una preparación exitosa de su equipo, sino que además está atento a los detalles que pueden condicionar deportivamente a sus jugadores.
Para la visita a Porto Alegre, el martes 30 de octubre, el Muñeco tomó una decisión brillante. La nueva jugada maestra de Napoleón es alejarse de la pirotecnia y cualquier tipo de situación perturbadora, práctica habitual en Brasil cuando faltan pocas horas para un encuentro trascendental.
Con el propósito de que sus dirigidos descansen sin problemas durante el domingo 28 y el lunes 29, Gallardo eligió un búnker dentro del aeropuerto ubicado en el sur del país vecino. Se trata del hotel Deville Prime, cuyas comodidades le permitirán la tranquilidad necesaria al plantel en vísperas de la revancha por un lugar en la final del máximo certamen continental.
Una vez más, el DT de River demostró que sus determinaciones estratégicas exceden la elección de un futbolista o un esquema táctico: está al pie del cañón en cada circunstancia que pueda inquietar al equipo.
+ El hotel Deville Prime, en Porto Alegre