Son las 16:30 del jueves.La Página Millonariahace sonar el teléfono celular de Andrés Burgo y del otro lado está él, bien predispuesto, para dialogar sobre lo que es acaso una de sus mejores obras como escritor. “La final de nuestras vidas”, ha llegado a las librerías del país y desde el 10 de febrero estará disponible en eBook.
Y sí, al hablar dela final de nuestras vidasno podemos referirnos a otra cosa que no sea lo vivido en el Santiago Bernabéu. Pero antes de eso, hubo un contexto generado por diversos sectores que hicieron de los 40 días de extensión entre la ida, la vueltay el momento en el que vencimos a Gremio en Brasil.
“Cuando River y Boca llegan a la final, me llaman de Planeta a mí y a uno de Boca. Me ofrecen hacer este libro, el único que iba a salir era el del equipo ganador“, comenzó relatando Andrés,que también fue autor de “Ser de River”(en el que habló sobre la última temporada del Más Grande antes de vivir el momento más difícil de su historia): “Dije bueno, ‘yo ya hice el libro del descenso, ni loco me pierdo esto’. Le di para adelante“.
Y así, sin saber qué pasaría en el final,Andrés fue confeccionando su obra maestra que vio la luz gracias a los goles del Oso, al tanto magistral de Juanfer y a la corrida demencial del Pity Martínez.
“Alterné en los capítulos dos registros: uno periodístico y uno de hincha. Ese fue en primera persona, con lo que me pasó a mí”
-¿Lo que pasó en la previa del partido de vuelta generó que la final sea aún más histórica?
-Pasaban cosas todo el tiempo, se fue retroalimentando con declaraciones de Macri, de una simple lluvia, de lo que pasó en cancha de River, de las decisiones de Conmebol.La presencia de Macri fue alimentando dosis de tensión que ya no necesitaba más. Terminó siendo aún más gigante todavía.Yo me convertí en peor persona.
-¡¿Cómo?! ¿Peor persona? ¿Por qué?
-Porque estaba todo el tiempo pensando esto. Consumía todo lo que tenía que ver con esta final, en casa estaba insoportable. Se me había vencido el registro de conductor y tenía que hacer el psicotécnico: no podía hacer una línea recta porque estaba nervioso.
-Sin embargo esa tensión se fue y pudimos festejar.
-Sí, yo sabía que River era mi alegría diaria, pero no sabía que me hacía tan feliz. Explotaba de felicidad, era algo… Es nuestro decime qué se siente. Es realmente algo de lo cual no había antecedentes. La verdad que vivimos algo que no conocíamos, que ninguna hinchada lo conocía. Cuando termina el partido le digo a un amigo: ‘es el partido de nuestras vidas’, ya está.
-¿Y cómo sobreviviste en Madrid ante algo que hasta el momento desconocíamos?
-No sé cómo aguanté ese partido, era insoportable. Era un partido que se caía encima. Entré en shock después del gol de Juanfer. No lo podía creer, ¿realmente íbamos a ganar ese partido? Uno de los grandes regalos de la vida fue poder haber estado allá.
-Este libro también es un regalo para todos los hinchas.
-Sí, es un brindis con una cerveza bien fría en una noche de verano. Es para tenerlo en la biblioteca. Son cada vez menos frecuentes en las casas, pero tenerlo ahí para un partido que estará siempre como un regalo.